jueves, 28 de junio de 2007

El Doce

Mientras en Gadara, harto del campamento, salí a buscar el lupanar. Esperando mi turno –pues interminables porqueros entraban y salían bufando–, un esenio se acercó y me preguntó qué hacía; como si no fuera evidente.
–¿Ya estás curado, legionario?
Creí que se referían a mí, mas vi que le hablaban a uno con la cara rajada, los brazos aún sangrantes y las manos marcadas por grillos; apenas miraba al esenio, bajaba la cabeza y el otro sonreía.
–¿Has oído sobre los cerdos? –le dije, esperando que se alejara– Dos mil, y todos se despeñaron.
–Ése que ves allá fue el responsable –respondió–, por él se arrojaron.
Sus palabras me desconcertaron: sabía que no mentía y no habría de jurar.
–En éste habitaban tantos que a sí mismo se llamaba Legión. Quise lanzarlo, pero me imploraron que no lo hiciera. Les ofrecí, entonces, la piara, de donde podrían migrar adonde gustasen.
Rió para sí mismo, como guardando el sabor del triunfo.
–Pero era conceder demasiado: después de todo, alguien debía ahogarse hoy.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por acordarte de los que te leimos, y te queremos seguir leyendo.
Muy bueno tu texto, me parece muy acertado eso de no metertew en el asunto religioso ni de milagro, sino como algo que un rudo soldado vió, y que no tuvo la sapiencia de apreciar.
Y sí, una pregunta: ¿Vas a publicar algo? Si lo haces no dejes de avisarme
Un insulto: Estas bastante ñango en la foto, hasta te pareces a Ghandi.
Ya te puse entre mis favoritos (estrellita)
Un saludo igualmente amplio.
PD. Yo si prefiero mantener mi pseudonimo, por lo menos hasta que el virtuallity termine. por cierto, ¿Ya votaste por alguien?

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Hombre, que hasta me parece cosa de esencial respeto mantener el contacto. Gracias por la estrellita.
De publicar: pues acá estará apareciendo algo, según me vaya haciendo de historias a narrar (o nomás para jugar un rato). Se aceptan sugerencias y solicitudes.
Halago: soy bastante ñango. Y sí: el quorum está de acuerdo en que me parezco harto a Gandhi; escogí esa foto suya porque cuadra conmigo las mañanas de domingo...
Conserve usté su seudónimo, que nadie le reclama; hasta prudente me parece.
Saludos amplios, bien amplios
Julián
PD Voto todos los días, pero me reservo la opinión (aunque evidente) por motivos de ética.

jennivora dijo...

Mi Juliancito!
Qué triste que no podré conocerte en persona :(
Te mando un abrazo muy fuerte.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

¿No? ¿Cómo que no? Grrr... Rabia.
Y pensar que son dos a quienes más ansia tengo de conocer... Grrr.
En fin, será pronto.
Beso