sábado, 23 de abril de 2011

Prueba A

Un día por fin te decides a bañar a los gatos. Todo sale razonablemente bien: sólo tres rasguños serios en el brazo (peor te ha ido). Cuando terminas, te das cuenta de que ya es tarde (pasan de las cinco), no hace tanto calor como otros días y esos dos siguen mojados.
Iluminación: si los cepillas, entra aire (o debiera) al pelo y en consecuencia se seca más rápido. ¿Qué obtienes de casi una hora de cepillado?


2 comentarios:

Kenneth Moreno May dijo...

por dios!!!!!!!!!!!!!!!!!!! pobres gaticos!!!!!!!!!!!!

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

En toda ley, debiera ser ilegal bañar a un gato. Pero es cierto que les volaba el polvo del pelambre nada más de acariciarlos. Por lo demás, juro que los cepillé con mucho cuidado y amor.