domingo, 17 de abril de 2011

Una dinámica

Es cierto que se dejan de hacer ciertos libros. Sin embargo, tal no quiere decir que se dejen de hacer libros, o que uno no quiera seguir haciendo libros.
Suponiendo que no conozcan Ars Electronica, baste decir que es el festival de artes electrónicas (duh) más importante y de más añeja historia en el mundo. Vamos, el que entra a la selección oficial de verdad sabe manipular nuevas tecnologías y objetos digitales.
En el marco del Festival de México el año pasado, Ars Electronica tuvo presencia con una selección internacional que, ahora, me parece arrebatadora (bueno, casi toda). Disculparán si voy un año tarde, pero lo cierto es que apenas en octubre supe realmente lo que sucedió, y sólo hasta hace relativamente poco tengo una razón de peso para entrar en materia.
La tarea fue descomunal: el catálogo es trilingüe, con textos densos y un montón de gente trabajando en traducciones y lecturas. Medie la aclaración, mi participación no estuvo en la edición, sino sólo en la corrección del inglés; lo que no quiere decir que no fuera descomunal para mí también: cuando terminé, sentí los brazos entumidos durante tres días.
Pero aquí está mi ejemplar y me rebosa el orgullo cada vez que lo repaso.



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