lunes, 5 de abril de 2010

Domingo de ramos

La responsabilidad dicta que debiera hacer una reseña de la clausura del Festival del Centro Histórico, con Bomba Estéreo y Tijuana Sound Machine en el escenario. Pero la volatilidad de la información, la obligación de la frescura de las notas hace ya impertinente tal entrada.
¿Y a mí qué con cualquier lineamiento periodístico?
Dicho en muy pocas palabras, Bomba Estéreo es la pura onda: cumbia colombiana con rimas de hip-hop y elementos de electrónica sabiamente dosificada. En palabras de ellos, "electro vacilón contestatario"; y ciertamente se reconoce la necesidad de diversión en sus letras, en el ritmo harto bailable, en la coquetería y abierto tono sexual de las líricas de Li Sahumet, en la crítica social que no se desbarranca en "comentarios" como los de otras bandas que tienen el pecho rojo con la cara del Che Guevara.
Lamento, sin embargo, la decisión de los organizadores del Festival de poner como grupo abridor a Bomba Estéreo y como principales a Tijuana Sound Machine. Los asistentes al Festival saben que el concierto de clausura está en manos de Radical Mestizo, la sección de música de fusión (que afortunadamente no raya en world music, aunque lo parezca); por tanto, la tónica de ese último concierto se sostiene en descubrimiento y nuevas experiencias para una generosa mayoría: allí descubrí a Rachid Taha, Goran Bregovic, Balkan Beat Box, y reafirmé cuánto me gusta Asian Dub Foundation.
Tijuana Sound Machine, le pese a los fans, no es un descubrimiento: el colectivo Nortec ha formado parte del panorama sonoro de este país desde hace ¿diez? años. Cierto, en sus inicios se les reconoció primero en Londres, y meses después en Tijuana y no sé cuántos meses después de eso en otras ciudades. Sin embargo, los miembros (Hiperboreal, Clorofila, Bostich, Fussible…; Murcof –en todo caso– se cuece aparte, eminentemente porque se separó en una etapa temprana del colectivo y agarró una dirección muy alejada de Terrestre) han alcanzado un reconocimiento sólido en estaciones de radio y tienen una muy devota base de seguidores. Se han vuelto icónicos de la cultura de vanguardia nacional, y eso es de celebrarse. Pero ya no son eso de allá arriba: descubrimiento.
Y pesa también que no haya con quien comentar (que no describir) la presentación de Bomba Estéreo, pues no sé de nadie que los haya visto. No dudo que muchos amigos estuvieron ahí, entre las treinta mil personas que atiborraron la calle frente al Monumento a la Revolución, pero no los encontré y no he leído reseñas suyas. ¿Cómo hacer suficiente una descripción de Roco y Pato de Maldita Vecindad acompañando y haciendo coros en "Fuego"?


¡Qué aburridos son los gringos en un concierto!


Addendum: Entonces uno chismea y se encuentra con que alguien, precaria pero atinadamente y con alguna suficiencia, filmó esa presentación, y la colgó en YouTube, y Bomba Estéreo la "autorizó" en su página de Facebook. Y uno la comparte. Digo, nomás como ejercicio antropológico de comparación.


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