viernes, 26 de marzo de 2010

Un ángel sin trompeta

Después de mucho tiempo –tanto que ni siquiera recuerdo qué fue lo último que apareció–, este blog recupera su espacio para rolotas.
Desde que imeem murió (o pasó a manos de Myspace), he buscado una alternativa que me permita presumir los meses y meses de música que orgullosamente he coleccionado al paso de los últimos años. Habrá quien encuentre un mayor beneficio a esas bibliotecas, pero hay que saber conseguirlo.
Entrando al quid de esta entrada, la serie Book of Angels de John Zorn puede ser sorprendente o monótona, aunque en Tzadik siempre presuman que toda nueva encarnación del proyecto es espeluznante, hermosísima, sin duda la mejor en la historia de la disquera, soberbia y… Lo cierto es que no siempre es así y hay ocasiones en que uno se aburre terriblemente.
En esta ocasión, afortunadamente, Mycale es un disco chulísimo. Basya Schecter, Ayelet Rose Gottlieb, Malika Zarra y Sofía Rei Koutsovitis arreglaron las composiciones de Zorn como no se les escucha normalmente. Y en su brevedad de apenas media hora, es gratísimo escuchar jazz y klezmer sin recurrir a los instrumentos que de regular les dan voz.
En menesteres no tan musicales, el miércoles tuve el gusto de tomar (más de) una cerveza con Arturo, tomando por excusa la entrega del ejemplar que le corresponde de Gastronómica de México. Tenía intención de colgar un pdf con las páginas de microficciones donde nos podrían encontrar; es más: tenía la buena voluntad de levantar la revista enterita para que pudieran leerla gratis y se ahorraran la vuelta al puesto de revistas, pero la tecnología me traicionó. Si logro resolverlo (y me acuerdo de resolverlo), les dejaré un regalito.

4 comentarios:

Ciencia Vudú dijo...

¡Hola! Insisto en que deberíamos hacerlo tradición. Fue todo un gusto.

Un abrazo.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Me cae que sí. La cosa es decir el día.
Abrazo

Alisma dijo...

¿No irá a ser como el club de Toby, verdad? Porque yo irrumpiré un día sin el menor miramiento.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Pues al menos a mí no se me había ocurrido… Y vamos, que siempre es mejor cuando la compañía se diversifica.