miércoles, 3 de marzo de 2010

Delusional and compulsive

Para no variar demasiado, no tengo muy en claro cómo llegué al blog de Scott Adams (la recurrencia de esa falta de certeza empieza a ser inquietante…). Tengo idea de haber visto la versión animada de Dilbert, aunque cabe la posibilidad de que sea uno de esos delirios que se dicen una vida; sin embargo, es más poderosa la duda de haberlo leído en papel o en digital.
Me llama la atención esta reflexión dispersa que hace Adams. Eso que algunos consideran correcto o apropiado o necesario es aberración para otro; pero ¿qué define la distinción o le da sustento? Y volvemos a poner pie en lo subjetivo, donde todo se vuelve relativo (y la paradoja que contiene la frase) y cada quien deberá aportar su mejor definición según el modelo ético, social, político, económico, cultural et al. que le convenga o mejor le acomode.
Entonces uno y todo está a expensas del juicio de los demás; y más cruel aún: del propio. Y resulta que la literatura es una pérdida de tiempo, algo que pude haber aprendido en casa, inútil para el desarrollo económico, obsoleto, incompleto (por definición), un dispendio de recursos, un lindo pasatiempo, una de las pocas profesiones donde encuentro sentido, el único lugar donde alguna vez he sido feliz, una ambición, una botella de Klein.
The best you can do is make your delusions benign and your compulsions useful.

6 comentarios:

Alisma dijo...

Hola:

Si es el único lugar en el que has sido feliz, ¿qué más lo que resulte ser?

La felicidad no es una pérdida de tiempo, por lo tanto, la literatura tampoco.

Un abrazo ;)

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Ah, por supuesto. Pero es cierto que uno debe lidiar con todos los metiches que se sienten con autoridad para opiniar si uno ha hecho su vida con sentido o la desperdicia flagrantemente.
Beso

Alisma dijo...

Sencillo: no les hagas caso.

Saludos ;)

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Oh, damn you, obsesive compulsive disorder…

Palomilla Apocatastásica dijo...

¿Qué beneficio puede traer el hablar diariamente con mi orquídea antes de que muera? Ninguno.
Tampoco me contesta (y si lo hicera yo caería irremediablemente en la locura)
Sin embargo eso me hace feliz (mientras dure)por lo tanto mi felicidad es del tamaño de una orquídea y eso por supuesto no es una pérdida de tiempo.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Los gatos tampoco contestan, o al menos no verbalizan, pero son más encimosos en mi tristeza. Y si nadie más puede disfrutar de sus ronroneos en la mañana y a nadie más le importan, eso no me compete.