domingo, 26 de diciembre de 2010

Suum cuique

Hay algo perverso y magnífico en ver un amor menguante: la pareja que ha resbalado por el mundo con inercia proverbial, declarándose constantemente las proporciones de su amor, con enconado énfasis. Ella camina con los senos inflamados de orgullo (le llama 'amor'), secretamente comenta los planes de la boda con sus amigas, ya presume el vestido y comienza la pugna de las madrinas; y ante todo se dice, convencida, que es incontrovertiblemente feliz. Recorre el mundo de su brazo, miran juntos el atardecer en la ciudad que ella quiso visitar, él la engalana con bisutería fina y cena de vestidos largos. No podrían esconder su felicidad.
Él responde cada vez y siempre con un 'te amo', le besa la frente y los ojos antes de quedarse dormidos, le llama cuatro veces al día en el mismo horario y otras ocho en instantes desperdigados, planea cada fin de semana y busca un regalo por cada mes de aniversario. Entonces gira el rostro y mira sin sigilo a la mesera, a las amigas, a la desconocida al otro lado del bar, a la puta cuyo teléfono relumbra en la pantalla de su teléfono, a la prima de ella que jura no decir nada mientras aprieta las sábanas.
A la mañana siguiente le besa la frente mientras almuerzan. Se preguntan cómo estuvo la noche. Él invoca la reunión con su socio, el plan de trabajo del mes que sigue, el cansancio, la cama temprano. Ella le sonríe, asumiendo al menos un viaje breve en marzo; apura el jugo y percibe, por algún motivo, un dejo de los labios que lamió hasta sentir la barbilla mojada.
Pero el amor pervive. Al menos mientras se lo repitan mutuamente.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Russus

La granada sangra abierta entre las manos. La granada con la piel abierta y derramando el jugo en los dedos, manchando la ropa. El cuchillo corta la piel y sangra la granada. Los granos se asoman, oscuros, coagulados. La piel reposa en el plato. El cuchillo reposa en la piel. La granada se derrama, mancha los dedos. La sangre llega a los labios. La amargura seca la piel de la granada. El tajo llega a los granos y los sangra. La piel cansada, pero colorida y rebosante. La granada sobre el plato se arranca el resto de la piel. El cuchillo se desliza entre la piel de la granada, se hunde, escudriña el jugo y la sangre de la granada, la hace temblar, le arrebata la piel, la cercena, se desliza en el vientre de la granada. Sobre el plato reposan. Y es dulce.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Polícromo

Casi con toda seguridad carezco de la autorización para publicar lo siguiente: no se ha terminado el catálogo y es poco prudente sacar a la luz información o productos de comunicación que pertenecen a un gobierno federal. Pregúntenle a Assange.
Pero no me importa: ya vendrá el libro impreso y entonces será de 'dominio público':
La alegría de estar vivo es el contenido de toda estética y arte posible. En la mañana cuando uno va muy tempranito, cuando el sol todavía no ha salido, digamos de Cuernavaca hacia el Distrito Federal, viendo las montañas en el fondo, empieza a bosquejarse la luz del sol, ese sol que sale desde hace miles de millones de años. El día de hoy no sale sino que lo volvemos a ver en la aurora, y de pronto surge la luz: las nubes se tiñen de rojo y es un espectáculo bellísimo. ¿En qué consiste su belleza? Yo creo que en darse cuenta que se abre un día más de vida, de que todavía es posible un futuro para la existencia humana. El color me da la clara significación de algo que se recorta sobre el horizonte con un sentido hacia las cosas disponibles para la vida. La disponibilidad de las cosas para la vida es lo que está detrás de la belleza; con mis ojos y gracias a la luz descubro colores. Miren si fuera todo verde o rojo, no podría manejar las cosas, se confundirían. Pero de pronto una flor, que es un órgano sexual de las plantas, tiene una belleza extraordinaria; son rojas o amarillas, se detectan en el horizonte, color que mi vista percibe y la hace disponible, porque vendrá una abeja y la descubrirá fácilmente, comerá para reproducir su vida y al mismo tiempo la fecundará y cumplirá entonces otras funciones de la vida en esa belleza de una simple flor que se ilumina en una aurora. Ésta es todavía la belleza así disponible de la naturaleza que el ser humano no ha construido, que sería una obra de arte, pero estoy hablando del punto de partida. ¡Extasiarse ante la disponibilidad de la realidad de los entes y de las cosas para la aurora, para la vida, es justamente lo que está detrás de lo que vamos a llamar belleza!
–Enrique Dussel

viernes, 3 de diciembre de 2010

Los demonios

I.
Pasada la medianoche de ayer caí en cuenta de qué día es hoy. "No desmayes" me dijiste un día en que ambos estábamos en condición precaria; desde hace dos meses es frase que trato de grabarme en los brazos para tenerla presente, cerca del corazón: no desmayes, no te rindas, no ceses, pues el trabajo es apenas la sombra de todo lo que debes hacer, apenas una fracción del esfuerzo.
Y sin embargo he caído, en términos reales y no retóricos, rendido ante el cansancio, el momento, el panorama, el día de hoy, y especialmente el de ayer; hay quien dice que también ante ti. Quizá sea cierto y me esté empecinando en hundirlo todo.
Tu cumpleaños fue amargo, el día fue el más espeso, y la turbulencia ingente. Hoy no. Es factible considerar que mi atención está empantanada con las reflexiones de filósofos soberbios y artistas en el vértigo de sus procesos creativos. No recuerdo un momento en que el cansancio se tradujera en dolor crudo.

II.
La extravagancia del título me llevó a leer un artículo de física en Nature. Demonología por una parte; la física al otro lado. La curiosidad.
¿Saber qué? ¿De dónde obtener energía o los medios para transformarla? La segunda ley de la termodinámica cobra sentido ontológico cuando la definición de 'sistema' se considera en términos orgánicos. Tuve que escribirla inmediatamente, para tenerla como recordatorio y mirar el sistema en su conjunto, a la distancia, y modificarlo.

III.
Efectivamente el día ha sido más ligero que en otras ocasiones. Si me aficioné al jazz hace tiempo es debido a ti, y ahora es más llevadero el día.