martes, 21 de abril de 2009

Todas las voces

Recibí el día de hoy un correo de la señora Tara Marinello (estuve a punto de cagarme de risa cuando leí el apellido y la imaginé despidiéndose, mirando por encima del hombro y gritando con lágrimas en los ojos "¡Recuérdame!"); copio textual:
Hi,
I came across your blog at Blogger.com. It is very well written [en español, por supuesto] and interesting. I like how you have explored the topic [¿cuál?]. If you are interested, I would like to extend an invitation to join Allvoices. It's a citizen journalist site. We discuss, debate and write about everything under the sun here. The site has a lot of people who are passionate about writing and use this as a tool to make a difference.
Allvoices also has an incentive programme for writers who can earn up to $10,000 cash [y apareció el anzuelo]. You can visit http://www.allvoices.com/journalism for more details and do register if you are interested.

Thanks,
Tara
Un rato de metichería y me quedó perfectamente claro que es un formato de invitación y que la señora se topó quién sabe cómo corchos con este blog (mis estadísticas de usuario dicen que sí leyó al menos dos páginas). He revisado el sitio y leído casi toda la información que se proporciona sobre Allvoices, y el proyecto me parece harto interesante; sin embargo, entro en una de esas feas disquisiciones éticas.
Si bien es cierto que escribo y doy cuenta de un cotidiano en este blog (y que bien me vendrían una razón diferente para seguir escribiendo), las "noticias" que reporto son casi exclusivamente en la esfera de lo personal: una reflexión no es noticia, un asalto de uñas -aunque noticia, entendida en sentido amplio- tiene importancia para mí y sólo para mí, y rara vez comento un hecho que tenga relevancia política o social debido a que no estoy al tanto de los sucesos del mundo. Lo anterior me lleva a recordar al Dr. Samuel Gordon, quien se negaba a usar un teléfono celular: "las preguntas que me hago nos las hemos hecho desde hace 25 siglos, ¿qué pinche urgencia puedo tener?".
El periodismo no es una habilidad mía: en alguna ocasión se me ofreció la oportunidad de entrar al periódico Reforma como asistente (eufemismo para corrector de estilo) y eventualmente tomar una plaza como periodista; es la única vez que he agradecido no tener mi título de licenciado en la mano: a pesar de haber presentado el mejor examen que la chica de recursos humanos había visto en cuatro años, me negó el puesto nomás porque no había terminado la carrera. En ese momento me pesó, pero a la distancia me alegro, pues un periódico exige más vida de la que uno dispone.
Al margen, y considerando las líneas que rigen a Allvoices, cabe preguntarse si la realidad personal no merece también pasar a la memoria colectiva, no sólo como opinión y perspectiva, sino como la configuración de momentum que pretende el equipo de trabajo de la empresa.
Entiendo que una de sus banderas de guerra es que las personas, siguiendo el esquema de las redes sociales del Internet 2.0 y un ejercicio democrático sorprendente, establezcan lazos emocionales en torno a un suceso determinado, lo que debiera traducirse en una suerte de conciencia colectiva y sinergia al momento de cuestionar la realidad. ¿Qué sucedería si cambiaran el foco de los sucesos a los lazos? No, no estoy sugiriendo una fiesta de solteros o servicios de citas vía internet: ¿quién dijo que el mundo de afuera de verdad priva sobra la dimensión personal?
Ya decidiré esta semana qué hacer con esa invitación; si ustedes optan por hacer periodismo ciudadano, avisen para regalarles algunos hits.

2 comentarios:

Alisma dijo...

¡Dios de mi vida! ¡Gansito Marinela! Qué manera de hacerme reír a estas horas en que se supone debería de estar relajando mis neuronas para dormir.

Saludos.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

¿Verdad que no es para menos? ¿Quién manda a la señora a tener esos apellidos?
Advertencia: este blog es como una cena pesada y puede provocar pesadillas, sueño intranquilo, desasosiego o síndrome de piernas inquietas (y la clínica del sueño me respalda si digo que eso último no es un albur).