No asumas, no llegues a conclusión alguna, no sabes quién guarda trozos de palabras por debajo de las frases (tampoco sabes qué palabras fueron), no eres siempre y a cada vez el destino de una voz, no eres la ausencia en la silla. Eres, sin duda, recuerdo; pero no eres ya materia.
Y el mar que se alza. Y las decisiones hechas. Y las palabras dichas, olvidadas. Y la voz detrás de ti que soy yo, que sabe como tú que puedes no serlo, que te recuerda las tantas tardes sin sol.
Y el mar que se alza. Y las decisiones hechas. Y las palabras dichas, olvidadas. Y la voz detrás de ti que soy yo, que sabe como tú que puedes no serlo, que te recuerda las tantas tardes sin sol.
2 comentarios:
No hables, ni pienses, sólo soy la sombra que se quedó pintada en la pared, contemplándote en silencio.
Soy la voz que resuena en mañanas se sombra, que reza versos viejos, que sopla en el dormitorio, la voz que conoces.
Publicar un comentario