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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Volver, volver

De nuevo Hawthorne, The Scarlett Letter, "The Custom-House". De nuevo la escritura. De nuevo la necesidad, después de tanto tiempo, de tanta ira (por una vez, justificada y vista sin mi intermediación). De nuevo, ante todo, la posibilidad.
Un día, por fin, tienes la pulsión de escribir. Para sacar (acomodar) de otra manera la ira, para decir el desasosiego, para poner en perspectiva las dudas de un momento particular y aclarar las soluciones que se avecinan, para recuperar un ritmo que se perdió (si acaso se tuvo) hace años. Y de alguna manera las palabras se hacinan en el pecho y buscan su camino, pero la falta de uso hace extraños los sonidos. Quiere surgir la voz de entre los sepulcros y la brisa cauta es más ruidosa, quiere despuntar la mañana en un nido de colores y la bruma aplasta los rayos entre sus nubes, busca el agua su cauce y se encuentra con un muro de argamasa.
Se quiere decir. Se tiene algo que decir. Se intenta decir. Pero cada brizna de voz se rompe. Es una extraña tristeza.

lunes, 3 de mayo de 2010

Stop chasing

No están ustedes para saberlo; definitivamente no estoy para contarlo (magia, mantener todo en el silencio hasta que suceda, si sucede).
El viernes, antes de mi nuevo hábito de viernes, tuvimos la junta que podría dar inicio a esa vuelta de sangre que estoy buscando desde hace tiempo. No estamos para saberlo con certeza, pero queda claro que no estamos para decirlo. Podríamos por fin volver al trabajo que sí nos gusta, ése por el que me estoy quedando ciego, ése al que no le quito el ojo de encima a pesar de haber pasado un lustro en labores que no satisfacen.
Fue el viernes, y tendrá nombre de tierra. Y llegada la noche me veo haciendo labores que me acercan de otra manera a lo que también quiero.
They will have something else to say.

Peanuts

miércoles, 21 de abril de 2010

Una(s) noticia(s)

A mis muy estimados lectores (los diez):
Hagamos todos como que ahora sí escribí el cuento que debía, sin desviarme demasiado del tema que me pidieron, o que al menos encuentre reparación; y podré decirles con todo el gusto que me quepa en el cuerpo si volvemos a estar en páginas nacionales.
En otros menesteres, lento pero constante estoy copiando los textos que han de conformar en algún futuro una nueva sección de este blog: poéticas personales y coyunturales de los poetas que me gustan (v.g. Ezra Pound, Francis Ponge, William Carlos Williams, Charles Olson). Muy probablemente existan en algún lugar de la red, pero el ejercicio de meter la cabeza en los expedientes de la carrera y husmear las revistas de los estantes tiene su gratificación.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Otro hiato

Estimado lector:
Debido al periodo vacacional que cruza la Universidad Nacional Autónoma de México, el blog que está frente a usted se encuentra temporalmente fuera de servicio. Si por un azar se cruza con un grupo de editoras, tenga a bien informarles/recordarles de dicho periodo.
V.g. no, no voy a corregir en varios días: estoy poniendo en orden mi casa y la base de operaciones mancomunada que tengo con mi socia.

lunes, 22 de diciembre de 2008

El camino de la insurgencia

I.
Entre todas las cosas en que he meticheado, los actos pánicos de Alejandro Jodorowsky me provocaron cierto interés en algún momento. Un ejemplo que no es propiamente un artificio suyo, pero resulta muy ilustrativo y brutalmente tierno (y por esa sola razón, me causa algo muy parecido al desagrado), es el caso de un equipo médico francés que en 2006 operó a más de quinientos osos de peluche (como Ruperto); el resultado: más de quinientos chamacos que resentían menos los procesos de recuperación clínica.
Ternurita...
Hasta donde me acuerdo (cualquier devoto de Jodorowsky puede darnos una explicación más detallada en los comentarios), el asunto de los actos pánicos es una representación metafórica de un hecho personal a fin de solucionarlo, modificarlo, concluirlo o afines. En consecuencia, la metáfora es aprehendida a nivel cognitivo y traducida en lo experiencial; por supuesto, si es una metáfora viva (vid. Paul Ricœur).

II.
Caminar es una necesidad, particularmente cuando estoy rabioso, cuando tengo que rumiar algo penoso o doloroso, cuando necesito ordenar mis ideas, cuando quiero desconectarme o cuando lisamente me parece un desperdicio tomar un camión.
Reforma de madrugada es rebonito; cualquier parque después de llover, a pesar de que los lodazales no se vean con claridad en la noche; el Centro es una gloria, aunque de pronto uno tiene la impresión de que sería mejor no mirar al señor de ahí adelante y al borracho de más allá a los ojos; los Centros de Tlalpan y de Coyoacán tienen su encanto, aunque los frecuento poco.
Y caminar no es sólo turismo o un ejercicio intelectivo (?), sino una de mis poquísimas actividades físicas, así que hay que caminar mucho, distancias absurdas para casi toda la gente que conozco. Un récord: de la estación de autobuses de Taxqueña a la Condesa, vía Tlalpan y Viaducto, con una escala para desayunar; he de acotar que, antes de eso, había caminado unas tres horas por Cuernavaca, esperando a que saliera el camión a la Ciudad de México; consideré regresar a la ciudad caminando.
Total: c. seis horas a pie, no consecutivas.

III.
Creo que la Avenida de los Insurgentes es la calle más larga del mundo (por piedad, alguien dígame si es cierto); por lo pronto, es la más larga de la ciudad, con 28.8 km.
Y los he de recorrer.

IV.
La primera vez que amenacé con hacerlo fue hace siete años, y desde entonces he tenido la idea en la cabeza. Va siendo momento de cumplir, y de paso hacer un pequeño acto pánico.
No he decidido todavía en qué dirección he de hacer el recorrido (hoy mismo le pregunto al I Ching), pero la cosa es más o menos así: el primero de enero me subo al Metrobús y me voy a una de sus estaciones terminales. De ahí, con una Guía Roji en la mano (hay que documentar), dos botellas de agua y el libro en la mochila, empiezo mi recorrido, uno distinto y que jamás he hecho, en dirección conocida pero sin destino en esa dirección: dudo que en mi periplo aparezcan lotófagos, pero sé que mi Ítaca no está a unos pocos pasos de los extremos y hay dos gatos ahí (una, que no es Penélope, pero así de guapa es, y otro al que poco le falta para ser Telémaco, aunque algo más lelo).
Empiezo el año sin propósitos, pero con rutas que no pueden sino llevarme a un buen puerto; muy probablemente haya mejores, y sin embargo lo que me importa es el camino: ya después sabré adónde ir. En ese camino, a cada paso (a ver si puedo: mi cabeza es errática) quiero hacerme de palabras importantes, que me obliguen a pensar en otras, para escribir las cosas que me son importantes y que, en cierto sentido, tendrían que marcar mi manera de hacer del año entrante.

V.
¿Alguien me acompaña?


Blow Away - George Harrison

viernes, 17 de octubre de 2008

Cuando la poesía por fin suena

El Festival de Poesía en Voz Alta terminó el sábado pasado; en mis paupérrimas condiciones físicas, fui a lo que pude o a lo que me permitió el cansancio o a lo que el trabajo y el tiempo me dieron permiso.
Y como en cada edición, hubo altibajos, unos más dignos que otros. O es quizá que yo estoy chapado a la antigua para ciertas cosas. Justo uno de esos puntos altos fue la versión original (un instrumental desquiciado) de "Amazing Grace" de Jeff Buckley. Y aunque la versión de Buckley forma parte de las 580, tiento su metichería.
En fin, como no estuve en todo, me compenso y hago mi propio festival [sic]. El spoken word le debe todo a la generación Beat, y pocos lectores como Allen Ginsberg; estuve a punto de poner una versión íntegra y sin el Kronos Quartet de fondo, pero dudo que alguien sobreviviera esos 25 minutos, siquiera estos quince. Hay un par de otras cosas, pero no desmerecen ni tantito.
De veritas, por una vez háganme caso: píquenle play.


Spoken word


Y en otros menesteres, a petición de Adriana, Melt Banana da un golpe de estado y asalta las rolotas, sin escalas técnicas ni democráticas; advierto que es terrorismo puro, aunque gloriosísimo, así que váyanse con tiento.


Melt Banana

martes, 23 de septiembre de 2008

(Hagamos como que estoy de buenas)

Me habrá de perdonar el señor Xotla por el ventanazo, pero tengo que decirlo: me quedé esperando su sugerencia/petición para las rolotas de allá arriba (si gusta, pase a la sección de comentarios y remítalos, que serán bien recibidos y atendidos con prontitud).
Ahora, considerando que Rick Wright falleció el pasado 15 de septiembre, podría tomarme el caprichito (que más bien sería un minúsculo tributo) de publicar allá arriba un chorro de rolas de Pink Floyd -por supuesto, aquéllas en las que los teclados tienen preeminencia- o composiciones del propio Wright (y mira si le debemos unos rolonones); sin embargo, como ésta es todavía una pequeña y tiránica democracia, les dejo otra encuesta: "¿Qué género musical se nos antoja?".
Consideren dos cosas al momento de emitir los tres mil [sic] votos que espero: en las Rolotas se publican, por lo general, discos enteros o una compilación que dura más o menos lo mismo que un LP estándar; no esperen nada convencional, pero tengan por seguro que la selección es reeebuena, y no es presunción.
Y ahora pasemos al dos por uno:

¿Les quedó duda? No hay problema: un close-up, para despejar una de las dos incógnitas (vamos, que la otra abruma de evidente).
Terminado. Ya hice como que estoy de buenas. Sólo por hoy.

jueves, 21 de junio de 2007

Aparentemente

Si lees esto, si tienes noticia de este blog, si has prestado atención a lo que sucede aquí, eso quiere decir que eres un/a metiche, pues este escrito y el anterior fueron meras pruebas.
¿Tan grave es tu impaciencia? Entonces, domínala, porque falta un tiempo para que publique algo de manera formal. Un trabajo bien hecho requiere tiempo, y como soy un exquisito...
Saludos amplios, bien amplios a todo/a metiche
Oliver