miércoles, 13 de febrero de 2008

Iba a escribir una frase en inglés que ni siquiera para mí tiene sentido, aunque por una fracción de segundo me pareció que sí. Evidentemente (dah), la borré. Vuelvo al punto de las bendiciones del lenguaje escrito, de donde cualquiera puede colegir que soy un necio redundante que no hace otra cosa más que enredarse en su propio egocentrismo y citarse una vez a la semana, o a la quincena, si el tiempo no le sobra, como es el caso del día de hoy, que debiera estar corrigiendo una revista para señoras tontas que organizan bodas (propias o ajenas, da igual) y en su lugar estoy metido en esta oficina rumiando algo que ni siquiera puedo ponerle nombre porque nomás estoy rebotando en mi propia necedad, lo cual no es novedad y cualquiera que me conozca dos milímetros puede constatar cualquier día de la semana.
O empiezo a hacer algo productivo y organizo tanta palabra o voy a terminar redactando los valores nutricionales de la caja de cereal, y hace mucho que no compro cereal...

2 comentarios:

Xotlatzin dijo...

Julián,
Los invito a leer "El ruiseñor y la rosa" de Oscar Wilde (disponible en mi sitio web por hoy); como tradición de los 14 de febreros.
Saludos!
Xotla.

Anónimo dijo...

Aquí otra necia más que se suma a tus enredos egocéntricos,tan normales.
Creo, me atrevo a generalizar, que con los años se consigue encontrar un terreno común. En ese terreno común que ya no es sólo ego, se pueden intentar varios tipos de actos con mayor o menor acierto.
Creo que la mayoría acaba encontrándose cómoda en algún lugar común.
Como tú mismo dices, "gracias a las bendiciones del lenguaje escrito", podrás organizar algo que te produzca la sensación de sentido. Algo que no sea rebote, sino impulso hacia delante.
Quiérete sin empacho; quiérete como quieres a tus seres queridos y viceversa.
Inspiras mucho amor por tu noble y sincera lucha por una vida digna.