Y hoy más que ayer necesito descansar. Dormir, de vez en vez, se vuelve un ejercicio feroz, un intento detrás de otro; no hay reposo.
Ésta es una de las ocasiones en que recurro a los medios más estúpidos: el cansancio se empuja hasta un límite rayano a la extenuación.
Si tuviera dos gramos de energía, quizá intentaría pensar en el contenido de esta entrada, vacua como es en el estado que guarda.
Ésta es una de las ocasiones en que recurro a los medios más estúpidos: el cansancio se empuja hasta un límite rayano a la extenuación.
Si tuviera dos gramos de energía, quizá intentaría pensar en el contenido de esta entrada, vacua como es en el estado que guarda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario