martes, 13 de mayo de 2008

Otro día

Y hoy más que ayer necesito descansar. Dormir, de vez en vez, se vuelve un ejercicio feroz, un intento detrás de otro; no hay reposo.
Ésta es una de las ocasiones en que recurro a los medios más estúpidos: el cansancio se empuja hasta un límite rayano a la extenuación.
Si tuviera dos gramos de energía, quizá intentaría pensar en el contenido de esta entrada, vacua como es en el estado que guarda.

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