viernes, 30 de mayo de 2008

Díganme necio

Si ya sé que soy necio, pues va importando de menos a todavía menos.
Recibí de mi gallarda diseñadora un par de portadas tentativas para la siguiente edición de mi revistita. Ya había yo dicho, como cuatro o cinco veces, que el señor Xu Bing va a ser el artista de portada (y, oh, qué orgullo). Por supuesto, como buena diseñadora, sometió a nuestra aprobación dos posible portadas, una de las cuales (evidentemente) se tuvo que descartar: le faltaba ese yoquésé visual que toda portada tiene que tener para arrastrar al chismoso que nomás va pasando a levantar la revista y leerla [sic] de principio a fin.
Sin embargo, el proyecto de esa portada es brutalmente hermoso. Me explico.
El doce de septiembre de 2001, Xu Bing recorrió la Zona Cero y recogió algo así como un kilo (o más) de polvo. Suena mórbido, pero es una suerte de mala costumbre: pasada la masacre de la Plaza de Tiananmen en 1989, recogió una bicicleta, o sus restos, a la que le había pasado un tanque encima. Después se fue a vivir a Nueva York (sabia decisión, pues el gobierno ya le traía el ojo puesto).
Con ese polvo hizo una muñeca, a sabiendas de que la policía federal lo iba a ver feo si cargaba una bolsa con un kilo de polvo blanco, e hizo de camino a la galería Cardiff, en Londres. Molió la muñeca, recuperó el polvo y lo esparció en el piso de la sala que le asignaron.
En "Where does the dust itself collect?" se inscriben dos versos de un famoso poema zen del S. VII, con una soberbia historia detrás de ellos: un monje zen (que se decía el choncho yomeentiendo), tan menor que no se anota su nombre, escribó el siguiente poema:
The body is the Bodhi tree;
The soul is like the mirror bright,
Take heed to keep it always clean,
And let no dust collect upon it.

[El cuerpo es el árbol de Bodhi {la Sabiduría Verdadera};
El alma es como el brillo de un espejo,
Ten cuidado de mantenerlo siempre limpio,
Y no permitas que el polvo se colecte en él]

En respuesta, Hui-neng, Sexto Patriarca del budismo zen en China y verdadero yomeentiendo en el asunto, escribió éste otro poema:
The Bodhi is not like the tree;
The mirror bright is nowhere shining,
As there is nothing from the first,
Where does the dust itself collect?

[El Bodhi no es como el árbol;
El brillo del espejo refulge en ningún lugar;
En tanto no hay nada del primero,
¿Dónde se colecta el polvo?


3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Vaya con el necio listo!
De estas dos cualidades participamos todos en mayor o menor grado. Con estos ingredientes vamos sazonando nuestra concepción de la vida.
Pero tú y los que te leemos, sabemos que tienes mucho de inteligente con una inclinación algo excesiva, para mi gusto, al pesimismo y por ese esceso puede venir algo de necedad.
Mi necedad pasa por el lado opuesto: el exceso de optimismo.
El Zen en un camino hacia la verdadera sabiduría porque busca precisamene eliminar esos vicios de opinión que nos formamos prematuramente, sin verdadero fundamento; tan solo como una reacción a lo que percibe nuestra sensibilidad.
Yo practiqué algo de Zen en ¡una iglesia católica!
Quiero romper una lanza por el catolicismo en su estado puro de entidad Universal. Como tal se abre a todo y a todos al menos en intención. Luego todos podemos criticar sus errores de hecho como le sucede a "todo lo que se menea"
Un cómico decía: "Mecachis todo lo que se menea".
Bueno, ya he colado mi loa a mi Iglesia, que también se la merece para equilibrar tanto reproche.
Y como hablamos de Zen y de necedad, voy a terminar con una cita de un libro sobr el mismo:
"Sentir la vida intuitivamente en el fondo de la conciencia con la serena convicción y pura diafanidad con que desde siempre hemos presentido la naturaleza virginal de las cosas cuando en la simplicidad de la infancia las tendencias divisionistas de la mente discriminativa, aunque ya activas, aún no habían desarrollado la malsana adhesión que hoy reduce el funcionamiento pleno de la conciencia identificándola suicidamente con los artificiosos y unilaterales resultados que producen las operaciones lógicas del raciocinio desfigurando la experiencia auténtica e inmediata del constante fluir de la existencia"
Tu amiga, Concha.
Te mando un gran y fuerte beso.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Diría el refrán: "Hay de todo en las viñas del señor". Seguro será un vergel enorme el de ese señor, como para que haya de todo...

Anónimo dijo...

Pues sí. Es el vergel del Universo.
¡qué breve respuesta!
Me ha sabido a poco, pero, bien: "lo bueno, si beve, dos veces bueno".
Otro beso, bonico.