[Debiera estar corrigiendo, pero ya entré en negación... 500 puntos al que reconozca la fuente.]
Murámonos ya y de una buena vez. No importe lo que pienses: murámonos para no ser felices ni para cargar pena y lágrimas; murámonos por el puro gusto de ganarnos una apuesta, por reírnos de nosotros mismos, porque alguien inventó el hilo azul y alguien va a encontrar agua, porque tiene sentido y sabe a miel, o porque huele a ceniza y se oye la tormenta. Murámonos por el mero ejercicio, porque podemos decidir y porque nos "sugieren" qué hacer, o tenemos ganas y alguna voluntad. Muérete, para que muera yo detrás de ti, o a tus pies o bajo tus ojos; muérete para que ahora sí arrojemos los brazos, para que me saque la piel de su lugar y vea con los dedos, para que tenerte sea otra idea. Que corra la sangre y se nos escurra el aire entre los labios, que los huesos se nos hagan llamas y los ruidos nos corten las piernas, que los libros escupan la memoria que esconden en polvo, que nos arranquen la sombra de luna que cuidamos cada mediodía en el pecho y los ojos se nos vayan como humo ligero, que venga alguien más a tomar nuestro lugar. Que nos muramos no es nada, que se nos rompa la médula y la tráquea significa lo mismo que morder una ciruela, que nos digamos adiós cada tarde es tan tibio como el sol de la noche que empieza. Y decirnos una sola gota más es razón suficiente para morirnos ya.
Murámonos ya y de una buena vez. No importe lo que pienses: murámonos para no ser felices ni para cargar pena y lágrimas; murámonos por el puro gusto de ganarnos una apuesta, por reírnos de nosotros mismos, porque alguien inventó el hilo azul y alguien va a encontrar agua, porque tiene sentido y sabe a miel, o porque huele a ceniza y se oye la tormenta. Murámonos por el mero ejercicio, porque podemos decidir y porque nos "sugieren" qué hacer, o tenemos ganas y alguna voluntad. Muérete, para que muera yo detrás de ti, o a tus pies o bajo tus ojos; muérete para que ahora sí arrojemos los brazos, para que me saque la piel de su lugar y vea con los dedos, para que tenerte sea otra idea. Que corra la sangre y se nos escurra el aire entre los labios, que los huesos se nos hagan llamas y los ruidos nos corten las piernas, que los libros escupan la memoria que esconden en polvo, que nos arranquen la sombra de luna que cuidamos cada mediodía en el pecho y los ojos se nos vayan como humo ligero, que venga alguien más a tomar nuestro lugar. Que nos muramos no es nada, que se nos rompa la médula y la tráquea significa lo mismo que morder una ciruela, que nos digamos adiós cada tarde es tan tibio como el sol de la noche que empieza. Y decirnos una sola gota más es razón suficiente para morirnos ya.
6 comentarios:
Ni idea
Hint: lo escribí yo (penoso, sí: ni modo) siguiendo a un poeta argentino.
Debe ser un poeta que luego se suicidò. Nadie puede escribir algo asì y tener ganas de vivir. Bien puede ser Quiroga, Carriego, y otros que no recuerdo. Si lo averiguo me gano los 500 puntos de nada y tu deberàs escribir algo dulce y optimista. Un beso Rosa.
No, de hecho murió a causa de un accidente. Y, reitero, lo escribí yo, no él: me robo sus recursos para escribir lo mío.
Y perdón que sea necio, pero muy por el contrario le veo poco de amargo.
Los puntos son redimibles en buenas intenciones, saludos amplios y café (aunque sea en presencia virtual).
me gustó lo de:
"para que tenerte sea otra idea"
Por eso digo que no es tan amargo.
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