Mensajitos del teléfono con una de las mujeres que más quiero:
Ayer, comiendo con mis amigas; una de ellas, con esos ojos providenciales que ven lo que muchos de nosotros ya no podemos y con esas palabras que se ahorran toda convención de cortesía, sin faltar jamás al respeto y las buenas maneras:
¿No les encantan las fechas cívicas?
S: FELIZ SAN VALENTÍN! Que hoy y siempre tu vida esté llena de MUCHÍSIMO Amor. TQM, besos.II.
Y: Yo, amargo, no suelo festejar el día. Pero con tu amor me basta. ¿Para qué pedir más?
S: No, no. Qué pasa? Yo tan melosa y tú? No, no. Tendré que contagiarte o hacerte expresar todo ese amor que llevas dentro
Y: Te apuesto a que si estuviera contigo, ya me habría contagiado. A final de cuentas, miel con limón sí combina.
S: jajaja ya sé. Y debo confesar que el limón es mi gran debilidad.
Y: Ah, pues ahí está todo. Yo amargo, tú dulce, todos contentos.
Ayer, comiendo con mis amigas; una de ellas, con esos ojos providenciales que ven lo que muchos de nosotros ya no podemos y con esas palabras que se ahorran toda convención de cortesía, sin faltar jamás al respeto y las buenas maneras:
L: ¿Oye? Yo creo que tú vas a tener a una mujer y dos hijos.III.
Y: Pues eso dice mi mano. [y muestro los pliegues en el dorso del puño]
L: Pero no creo que te cases. ¿Te casarías?
Y: Según yo, no. No he conocido a la que me aguante, ni a la que me convenza. Pero los caminos del señor son muy torcidos.
¿No les encantan las fechas cívicas?
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