Mi corazón, que es un nido de ironía (construido con un par de ramas de buena voluntad, muy escondidas, aunque muy pesadas), rebosa: mis estadísticas de uso dicen que la página más visitada en este blog es ésta, que poco o nada tiene que ver con la pirámide alimentacia y no reporta información útil para tu tarea, estimado estudiante preparatoriano.
Sin embargo, sería pertinente, estudiante, que leyeras esa entrada en lugar de cerrar la ventana pasados seis milisegundos, y consideraras lo que ahí dice, que entendieras las implicaciones que tiene el cultivo intensivo, que las palomitas de maíz que te atragantas en el cine tienen un costo ecológico absurdo y más valiera que no tuvieras hijos. Vamos, que hasta sería pertinente hacerle caso a Swift (un día de éstos copio la traducción que aparece en la Antología del humor negro de Breton).
Muy por encima de eso, quisiera, estudiante, que le dieras algún uso a la materia gris que tan orgulloso portas, que tan drásticamente te distingue de esos brutos animales sin uso de razón ni conciencia, pasto para tu capricho. Sería deseable que ese oso no te diera risa, estúpido, y que consideraras los metros de agua que te van a caer encima en c. cuarenta años; y no digamos el huracán nivel 5 que sin empacho va a llegar donde jamás en la historia había puesto pie, o del desierto que vas a patear en tu jardín (mis gatos te van a agradecer el arenero de 30 ha. que les vas a regalar).
Sin embargo, sería pertinente, estudiante, que leyeras esa entrada en lugar de cerrar la ventana pasados seis milisegundos, y consideraras lo que ahí dice, que entendieras las implicaciones que tiene el cultivo intensivo, que las palomitas de maíz que te atragantas en el cine tienen un costo ecológico absurdo y más valiera que no tuvieras hijos. Vamos, que hasta sería pertinente hacerle caso a Swift (un día de éstos copio la traducción que aparece en la Antología del humor negro de Breton).
Muy por encima de eso, quisiera, estudiante, que le dieras algún uso a la materia gris que tan orgulloso portas, que tan drásticamente te distingue de esos brutos animales sin uso de razón ni conciencia, pasto para tu capricho. Sería deseable que ese oso no te diera risa, estúpido, y que consideraras los metros de agua que te van a caer encima en c. cuarenta años; y no digamos el huracán nivel 5 que sin empacho va a llegar donde jamás en la historia había puesto pie, o del desierto que vas a patear en tu jardín (mis gatos te van a agradecer el arenero de 30 ha. que les vas a regalar).
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