miércoles, 18 de febrero de 2009

Un ojo de luz

Recibí hoy de un gran amigo, que siempre me manda por correo cosas muy curiosas para consumir irrisoriamente mi tiempo, esta fotografía. Quedé francamente asombrado y estuve un rato especulando qué requerimientos técnicos se deben cubrir para tomar una foto de 1.5 gigapixeles. De inicio, lo más evidente: una cámara y un lente brutales; pero ¿y dónde corchos se almacena la foto?
Presumo que todos los que ven la foto hacen más o menos lo mismo: le pican al zoom poquito a poquito, después ven hasta dónde llega y qué tan clara es la imagen del fondo; luego encuadran a Obama, el quórum sentado a sus espaldas, la banda de guerra, los asistentes de las primeras filas y al final el mar de gente que llega hasta el Lincoln Memorial.
Entonces empieza la metichería: la cara de hastío del señor ex-presidente, Bill y Hillary sentados junto a George Sr. y Barbara. No reconozco a ningún otro personaje, así que sigo paseando entre los asistentes. Me llama la atención el señor del sombrero tejano blanco del fondo. Vuelvo la mirada hacia abajo y de pronto lo veo: muy cerca de los Clinton, un hombre tiene una mancha sobre la cabeza. Veo de nuevo: es su propia cabeza.
Si entiendo bien cómo se tomó la foto, fueron varias tomas sucedáneas, o alguna suerte de panorámica circular como las que toman en las graduaciones, aunque no parece. Ese señor se movió en el momento del disparo y se volvió un fantasma de sí mismo, o quizá su sombra. Sigo meticheando y al fondo, a un costado de la banda de guerra, otra mujer es un fantasma también. Y después encontré muchos otros y ya no me pareció tan gracioso ni entretenido.
Me llamó la atención, también, que aparentemente nadie mira hacia la cámara. No es que le prestara atención a todos los espectadores a los que se les ve el rostro, pero entre todos, de ninguno pude ver la mirada.
Entonces tuve una sensación muy extraña: quienes están en esa foto pueden estar en dos instantes, y desdoblarse; esto que veo no responde al espacio, sino al tiempo, y cada persona que se desdobla en un punto es un espectro, que es sí misma y no. De pronto me viene a la memoria una clase sobre literatura romántica en que una de mis amigas le preguntó a mi maestro su signo zodiacal; ya no recuerdo cómo emigró eso a preguntarnos: "en la mañana, cuando te despiertas, ¿cómo sabes que eres tú, que quien se fue a dormir es la misma persona que se despierta?" Y nadie pudo contestar; hoy tampoco lo sé, y la sola idea de que mi conciencia no sea suficiente para reconocerme es a la vez atroz y alentador.
El asunto, entonces, es que la fotografía (y ésta en particular) es una forma muy rupestre de entender cómo funcionan las cuatro dimensiones, qué implicaciones tendría desviar o perturbar cualquiera de ellas.
Si nos ponemos muy puntillosos, nunca vemos el presente, como no tocamos absolutamente nada: vemos el pasado, que llega a nuestros ojos millonésimas (o partes más pequeñas aún, hasta rozar lo inconmensurable) de segundo después de que se despide la imagen. Digamos que toda imagen es una estrella, pero en menor escala.
Hoy es un buen día para encontrar, a ver en qué librería, Camera lucida de Barthes.

4 comentarios:

Palomilla Apocatastásica dijo...

Uh, la verdad esto pone al tope mi paranoia. Si esa es la calidad de una toma que está libre en internet, seguramente existen tomas hasta de los piojos de los vagabundos. O grabaciones dondes se puede escuchar el tipo que se pica la naríz y la que se rasca alguna parte de su cuerpo.
gooooosh
terrorífica

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Mi paranoia más bien es económica/política/social: prefiero omitir lo escatológico de ese panorama. Aunque sí causa terror lo segundo.
Yuuuk

Anónimo dijo...

Hola, chécate esto. Si sales del modo de pantalla completa en el link que nos das, verás que se trata de un sistema que permite tomar fotos de más de mil pixeles. Se visualiza usando javascript y flash, como el Google Earth, pues. Era cuestión de tiempo antes que recursos fotográficos antes limitados a la NASA pudieran usarse de modo comercial. Es tecnología similar a la de los fotógrafos y camarógrafos de deporte, y son las que ahora se usan también para hacer los videojuegos (como los de futbol actuales).

Ahora, sobre aquella pregunta, creo hay varias, muchas respuestas posibles, de las cuales ya has dado una aquí (o varias).

Un saludo desde Londres.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Mi metichería, por alguna razón, decidió ponerse en pausa, y en lugar de escarbar por todo el sitio de Gigapan para entender, me crucé de brazos y fingí que hacía mi trabajo en esta honorable [sic] revista. Y siendo refan del Google Earth, no entiendo cómo no relacioné las dos cosas...
De videojuegos actuales no sé decir: hace mucho que no tengo una consola y nunca me aficioné a los juegos de deportes. Uno que es reñoño, a Ninja Gaiden y Prince of Persia (desde la primera versión de PC) les he dedicado muchas horas de sueño.
Sigo preguntando. Y espero encontrar más de una respuesta.
Un abrazo desde la UNAM.