lunes, 29 de junio de 2009

On the rush

Mal día para la ansiedad, mal momento cuando hay que escribir una cuartilla (una única cuartilla) o todo corre el riesgo de dar al traste. Y por supuesto, ansiedad sumada a poco tiempo resulta en síndrome de página blanca; o más apropiadamente, de párrafo blanco: sólo son inserciones, un golpe de boleadoras a la rodilla para que caigan y atarles los tobillos.
Ah, pero ayer tenías que regresar tarde a la casa y tuviste que darte el tiempo para comer a tus anchas y tomaste licencia para dormir un rato y descansar la noche (que ni siquiera fue tan larga) y te dijiste que era justo y lo merecías y te lo debes y todavía te falta descansar otro tanto, con un masaje de espalda completa y brazos, y al final el domingo es largo y la noche se hizo para trabajar y no importa porque también tengo parte de la tarde del lunes.
Y ya te estoy viendo mañana, vomitando más ansiedad que hoy porque no encuentras una bendita papelería, corriendo de un lado al otro, bufando de desesperación, ofendiendo desde lo más profundo de tu fuero interno al señor que camina lento, atropellando con pasos bruscos a todos los que se te cruzan en el camino, mirando con desprecio al guardia de seguridad de la oficina.
Mejor regresa a tus pendientes, que en "mañana" no hay tiempo.

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