Pienso que te faltan tantas mujeres por conocer que no creo que puedas afirmar que te cuesta trabajo acercarte a la gente. [...] Estoy de acuerdo que todos tus encuentros se repiten: hasta me las imagino a ellas igual, pero con distintas escenas. Si esto fuera ficción, podría ser un cuento fantástico y siniestro.Dijo la señora de los ojos providenciales que ven lo que muchos de nosotros ya no podemos y con esas palabras que se ahorran toda convención de cortesía, sin faltar jamás al respeto y las buenas maneras.
Aunque sigo convencido de que tengo pocas virtudes para acercarme a la gente.
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