lunes, 24 de agosto de 2009

Febrero será aciago

Todo ser humano debe tener acceso seguro al agua para satisfacer sus necesidades de consumo, saneamiento, producción de alimentos y de energía, a un costo razonable. (Matínez A.P., 2001; cita del artículo de uno de mis clientes)
El suministro es intermitente, cada vez más irregular. La colonia Del Valle, asumiendo finalmente las consecuencias de su sobrepoblación, resiente el desabasto y no es inusual ver un camión cisterna estacionado afuera de un edificio. El fin de semana me bañé en casa de amigos: no había agua en casa siquiera para lavar el tazón de los gatos.
Y de nuevo me pregunto dónde está el despliegue de paranoia que "salvó" a esta ciudad y después al país ante una enfermedad de poca relevancia en términos de decesos. Está bien: ya hay letreros en el metro. ¿Y luego? ¿Y la suspensión de garantías individuales, y el bombardeo (asedio) mediático, y la lluvia de estadísticas, y los expertos en el tema y ciencias afines, y el discurso a todas luces político y ordenado para obligar a una reacción conjunta?
No entiendo el sistema de prioridades.

2 comentarios:

Palomilla Apocatastásica dijo...

Bueno, no pierdas de vista que las prioridades de los ciudadanos obviamente no son ni mínimamente las de los gobernantes.
Llámalo pesimismo, pero estoy segura que los funcionarios de los altos mandos no sufriran por agua, en vez de eso vaciarán regularmente sus piscinas mientras que en una alejada colonia existen personas que tendrán que caminar varias cuadras para llenar aunque sea unas barricas con agua un par de veces por semana.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Ya sucede. El asunto aquí, e insisto en el punto, es dónde está la difusión mediática: seis meses es poquísimo tiempo para atajar la situación, y la exposición es más bien tibia. Un par de comunicados de prensa y carteles en el metro no se parangonan ni por pienso con la psicósis de hace tres meses.