lunes, 9 de noviembre de 2009

En venta

Resulta que ahora le estoy vendiendo el alma a la que otrora fuera la revista adolescente que marcó tendencia hace quince años, la que mi hermana compraba por el "guapo" de la portada, la que contenía todos los tests de diez preguntas necesarios para resolver las dudas existenciales de una adolescente, la que dedicaba más tinta a su horóscopo que a los artículos de fondo (por la sencilla razón de que jamás los hubo).
Dos opciones: definitivamente soy un mercenario o estoy perdiendo el pudor.

4 comentarios:

Palomilla Apocatastásica dijo...

mhhh asuntos de pudor...
confío en que por tus convicciones no podrías convertirte en un mercenario.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

De hecho, fundé una empresa de servicios editoriales con esa consigna en la cabeza: "aquí todos somos mercenarios y le trabajamos al que nos pague, así que no chillen si terminan corrigiendo horóscopos."

Palomilla Apocatastásica dijo...

Pues que las estrellas se alínien a tu favor y que tu mapa astral sea benévolo contigo.

Juar, juar, juar.

Mercenario es una linda palabra

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Una de las favoritas. Mis estrellas tienen sus propias líneas: aprovechando el año de la astronomía, he de declarar la constelación del puerco.