Hecha esa entrevista para mi revistita de arte que tanto presumo (perdonarán ustedes si se muestra precaria la página, pero con tantos menesteres en fila no he tenido el debido tiempo para trabajar como manda la gente en ella, además de que no sé usar el Dreamweaver, aunque me digan que es refácil de usar), me tengo que permitir un corolario quizá penoso de la experiencia.
Anton Vidokle es un personaje especialmente interesante: en tanto el gobierno de Chipre le prohibió llevar a cabo su presentación en el Manifesta 6 (que no me pregunten qué es, porque -evidentemente- no tengo la menor idea y no sabría responder nada; pero no se preocupen, que el Google sirve rebién para subsanar mi ignorancia y la de cualquiera, o casi) y agarradito de la mano lo echaron del país, el tío se puso necio y dijo: "Ah, cómo corchos no termino lo que empecé". Así que, con ese empecinamiento, echó a andar el unitednationsplaza -en un edificio atrás de un centro comercial-, que fue algo a medio camino entre una universidad abierta y una exposición que duró un año. De camino, juntó a cuates y parte de la banda más pesada del arte contemporáneo, sea lo que eso sea.
Luego le hablaron del New Museum en Nueva York, y según yo ahí valió madre todo: un proyecto sin línea temática y cuyo único fundamento o punto de encuentro era la estructura (nadie o pocos hablan de la misma cosa, no digamos que a veces uno solo habla de un montón de cosas), tuvo que resumirse en un programa de un mes e instalarse en un entorno institucional, respetar montones de reglas, con guardias de seguridad en la puerta de entrada y restrictivos boletitos de acceso para las actividades de una universidad abierta (¿así o más contradictorio?).
Y ahora repiten, o adaptan, la historia: el Patronato de Arte Contemporáneo se esmera, le invierte billetes y se trae al Vidokle y banda para hacer unitednationsplaza DF. El programa, otra vez, se estructura a manera de universidad abierta, con conferencias diarias abiertas al público y algunas otras actividades para un selecto grupo de veinte escogidos de entre la crema y nata del arte contemporáneo: curadores, artistas, galeristas, teóricos, filósofos (???) que nadie conoce, el PAC entre ellos.
¿Y cuál es la extraordinaria relevancia de esto? Por una parte, la miriada de medios que se congregó en el exclusivísimo y súper chic hotel Condesa DF el viernes para la susodicha entrevista se compuso de a) Canal 22, b) el H. cuerpo editorial de RIM Arte Visual Contemporáneo (o sea, el director editorial y yo) y c) absolutamente nadie más. Cuando la directora del PAC nos llamó para decirnos que TENÍAMOS que ir, fue halagador; visto bajo una luz crítica, quizá Canal 22 no les había confirmado la cobertura de la entrevista y mejor tener aunque sea a los de RIM en la reunión con prensa. Pero eso es especulación paranoica mía y no otra cosa.
Siendo franco, la entrevista estuvo redivertida y ciertamente el Vidokle y Liam Gillick (uno de los pesados de la banda pesada que se presenta en el programa) tienen unas ideas bien interesantes sobre arte y cómo entender un proyecto de lo que sea y cultura. Lo extraño es que, al día siguiente, cuando hicimos acto de presencia en la conferencia inaugural, no estuvo tan padre: Gillick nos dejó a absolutamente todos con cara de "qué corchos quiso decir este cabrón" y hubo un punto en que la cerveza (caliente) era más importante que la ponencia misma: "Si alguien tiene preguntas, pues lo platicamos afuera con una cerveza en la mano" (palabras textuales del Sr. Gillick).
El arte, en cualquier caso, quedó muy escondido detrás de sus recuerdos de infancia, el miedo que le provocaba el campamento militar gringo a unos pasos de su casa, las tensiones de la Guerra Fría y una fábrica de Volvo en Suecia. Será probablemente que yo soy un ignorante de primera categoría y no entiendo de estas cosas tan elevadas o estoy chapado a la antigua (tan antiguo como la vanguardia norteamericana de los sesenta y no más lejos de eso) y prefiero el arte que hace algo o produce algo en el espectador o quizá simplemente no puedo comprender un corcho porque me dedico a la escritura y mi paradigma es estrictamente literario. O será, quizá (no demos nada por sentado), que Liam no dijo un carajo sobre arte contemporáneo en la hora y poquito que duró su ponencia.
En fin, si a alguien le interesa esto (???), pueden consultar el programa de unitednationsplaza en la página del PAC. Qué beneficio les reporte, dependerá de la loca ponencia que presente el artista en turno y cómo quieran recibirla; yo, por mi parte, debido al sacrosanto deporte de joder, quizá me vean por allá, nomás de metiche.
Anton Vidokle es un personaje especialmente interesante: en tanto el gobierno de Chipre le prohibió llevar a cabo su presentación en el Manifesta 6 (que no me pregunten qué es, porque -evidentemente- no tengo la menor idea y no sabría responder nada; pero no se preocupen, que el Google sirve rebién para subsanar mi ignorancia y la de cualquiera, o casi) y agarradito de la mano lo echaron del país, el tío se puso necio y dijo: "Ah, cómo corchos no termino lo que empecé". Así que, con ese empecinamiento, echó a andar el unitednationsplaza -en un edificio atrás de un centro comercial-, que fue algo a medio camino entre una universidad abierta y una exposición que duró un año. De camino, juntó a cuates y parte de la banda más pesada del arte contemporáneo, sea lo que eso sea.
Luego le hablaron del New Museum en Nueva York, y según yo ahí valió madre todo: un proyecto sin línea temática y cuyo único fundamento o punto de encuentro era la estructura (nadie o pocos hablan de la misma cosa, no digamos que a veces uno solo habla de un montón de cosas), tuvo que resumirse en un programa de un mes e instalarse en un entorno institucional, respetar montones de reglas, con guardias de seguridad en la puerta de entrada y restrictivos boletitos de acceso para las actividades de una universidad abierta (¿así o más contradictorio?).
Y ahora repiten, o adaptan, la historia: el Patronato de Arte Contemporáneo se esmera, le invierte billetes y se trae al Vidokle y banda para hacer unitednationsplaza DF. El programa, otra vez, se estructura a manera de universidad abierta, con conferencias diarias abiertas al público y algunas otras actividades para un selecto grupo de veinte escogidos de entre la crema y nata del arte contemporáneo: curadores, artistas, galeristas, teóricos, filósofos (???) que nadie conoce, el PAC entre ellos.
¿Y cuál es la extraordinaria relevancia de esto? Por una parte, la miriada de medios que se congregó en el exclusivísimo y súper chic hotel Condesa DF el viernes para la susodicha entrevista se compuso de a) Canal 22, b) el H. cuerpo editorial de RIM Arte Visual Contemporáneo (o sea, el director editorial y yo) y c) absolutamente nadie más. Cuando la directora del PAC nos llamó para decirnos que TENÍAMOS que ir, fue halagador; visto bajo una luz crítica, quizá Canal 22 no les había confirmado la cobertura de la entrevista y mejor tener aunque sea a los de RIM en la reunión con prensa. Pero eso es especulación paranoica mía y no otra cosa.
Siendo franco, la entrevista estuvo redivertida y ciertamente el Vidokle y Liam Gillick (uno de los pesados de la banda pesada que se presenta en el programa) tienen unas ideas bien interesantes sobre arte y cómo entender un proyecto de lo que sea y cultura. Lo extraño es que, al día siguiente, cuando hicimos acto de presencia en la conferencia inaugural, no estuvo tan padre: Gillick nos dejó a absolutamente todos con cara de "qué corchos quiso decir este cabrón" y hubo un punto en que la cerveza (caliente) era más importante que la ponencia misma: "Si alguien tiene preguntas, pues lo platicamos afuera con una cerveza en la mano" (palabras textuales del Sr. Gillick).
El arte, en cualquier caso, quedó muy escondido detrás de sus recuerdos de infancia, el miedo que le provocaba el campamento militar gringo a unos pasos de su casa, las tensiones de la Guerra Fría y una fábrica de Volvo en Suecia. Será probablemente que yo soy un ignorante de primera categoría y no entiendo de estas cosas tan elevadas o estoy chapado a la antigua (tan antiguo como la vanguardia norteamericana de los sesenta y no más lejos de eso) y prefiero el arte que hace algo o produce algo en el espectador o quizá simplemente no puedo comprender un corcho porque me dedico a la escritura y mi paradigma es estrictamente literario. O será, quizá (no demos nada por sentado), que Liam no dijo un carajo sobre arte contemporáneo en la hora y poquito que duró su ponencia.
En fin, si a alguien le interesa esto (???), pueden consultar el programa de unitednationsplaza en la página del PAC. Qué beneficio les reporte, dependerá de la loca ponencia que presente el artista en turno y cómo quieran recibirla; yo, por mi parte, debido al sacrosanto deporte de joder, quizá me vean por allá, nomás de metiche.
1 comentario:
Hola, soy la comentadora o comentarista que no ceja ante tamaña manifestación de vida complicada que nos estás presentando.
El arte es muy, muy enrevesado y, para comunicar, muchas veces margina y nos deja sin entender, orillados en una triste cortedad.
Todos podemos ser listos, listillos, enterados y más o menos acertados al expresar cosas de la vida. Sólo hay que ponerle ganas, ilusión y esperanza de que alguien nos admirará y querrá más por nuestra entrega original e irrepetible. Porque todos y cada uno de los seres humanos somos únicos y, por tanto, con posibilidad de ser originales en nuestra forma de expresarnos.
Tengo que repasar a Mounier, el filósofo personalista que, una vez,
me enseñó que la persona es un ser abierto, único y algo más.
Como consecuencia de ser abierto, tenemos la comunicación y..., tengo que repasarlo y te lo contaré mejor.
Bueno, gracias por enviar tu revista de arte a la que le he echado una ojeada.
¡Ale! A seguir con ese ímpetu y que salgas bienparado de tus inmersiones cada vez más modernistas en la vida artística.
Tu adicta seguidora, Concha.
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