lunes, 10 de marzo de 2008

Una huella digital oscura

Muchas de las cosas que hago son efectivas evasiones a un cúmulo evidentemente desagradable o al menos irritante o a la sobresaturación. Escribir este blog, por ejemplo, me aleja durante unos minutos del trabajo, que no es poco.
En una ocasión, alguien me dijo que mi carácter obsesivo-compulsivo se llevaba bien con mi terapia ocupacional. En aquella ocasión, era una tabla de menos de un metro y lijas de grano 180 y 230: cinco horas, hasta que me sangró la nariz por el aserrín. Si no mal recuerdo, también había algún dibujo en la mesa.
La limpieza de la casa cuenta en esa lista de métodos de evasión; también los rompecabezas, caminar, cocinar, leer cuentos viejos y corregirlos, jugar solitario, ver televisión (que a veces termino viendo el marco de la pantalla y no presto ninguna atención), y cuando la necesidad de evadirme es muy grave, entonces me agobia el sueño y duermo mucho, con frío, con una pesadez estúpida y prohibitiva.
Hoy tengo la mano derecha manchada con tinta al alcohol (y he de decir que se ve medianamente desagradable), me duelen los brazos, las piernas, la espalda baja, el cuello y los hombros. Aún me faltan siete tablas de entintar, más el lijado y el pulido, armar los libreros, montarlos en la pared, y -después de casi siete meses- poner mis libros en su lugar y en el orden que les corresponde (habrán de saber que, en mi obsesión compulsiva, mis libros deben acomodarse según época y autor, como debe ser la biblioteca de cualquier escritor).
No se resuelve, nada se resuelve, los pendientes quedan y uno sigue rumiando eso, a veces sin vislumbrar cuándo dejará de hacerlo, o si pueda. Más todavía, revolverlo se vuelve más sencillo: queda la imagen de un vaso de agua y un golpe al otro lado de la mesa.
Quizá deba corregir, o quizá no, pero ya empecé: más que evasiones, en ciertos casos son las únicas confrontaciones que soy capaz a determinadas situaciones que se han vuelto o rayan en lo irresoluble, una de esas pocas maneras de hacer catársis sin que de verdad implique purga, aunque mantenga mi casa limpia o adornada o llena de comida o de sencillos muebles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buena descripción de tu estado actual. No está mal teniendo en cuenta que estás desanimado y decepcionado del género humano.
Bien, casi me doy por contestada al haber obtenido noticias de tu faceta humana, de tus métodos por conseguir catarsis y confrontación. Que no huida ni abandono.
Sigo creyendo que eres un chico que merece mucho la pena. Muchas madres de jovencitas te querrían cormo yerno y las jóvenes, si son listas, también te amarán.
Pero tú pones muebles sencillos, pero el listón muy alto, creo yo.
Bueno, espero que acabes de alistar pronto y satisfactoriamente tu casa por dentro y por fuera para que puedas recibir a los amigos.
Besos y me voy a dormir que yo también me he cansado de tanto que me han hecho trabajar. Porque yo querría meditar más para poder hablar y escribir más, mejor y con más calado.
Besos y hasta luego, bonico
Voy a firmar:
Concha