martes, 11 de marzo de 2008

Transporte cultural

El camino a ésta mi oficina contempla veinte minutos por la calle más larga del mundo, la importantísima y agitadísima y accidentadísima y marchadísima avenida de los Insurgentes. Si en algún momento fui renuente al uso del Metrobús, hoy mi opción se traduce a camino de ida, camino de vuelta; sigo prefiriendo el Metro convencional...
Ayer, terriblemente cansado, ciertamente de mal humor por los músculos adoloridos y el hambre de un desayuno mal balanceado, leía en el trayecto a ésta mi oficina cuando escuché acerca del nuevo virtuality literario que la UNAM está por arrojar... Tengo que admitir que me distrajo el anuncio y de reojo (o reoído) presté atención al comercial, por pura méndiga metichería.
¿Está por arrojar? Según alcanzo a recordar, hablaban de la segunda edición de Caza de Letras; según alcanzo a recordar, el ganador se hacía acreedor a cien mil pesos (M.N.), la publicación de la novela en Alfaguara y la presentación en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería el próximo (!!??) 28 de febrero...
Estuve a punto de cagarme de risa, y también estuve a punto de gritar como psicótico fuera de sí: "Yo era Julián Iriarte, yo era Julián Iriarte". Pero me venció el pudor y la vergüenza... Aunque me asaltó como relámpago si alguno de los usuarios sabría quién corchos somos o por qué corchos "están echando una segunda edición" y, por tanto, quién corchos ganó la primera edición (beso terrible a la niña Falanja, si de pura casualidad está leyendo: debo un viaje, pronto lo pago).
Según convenimos la mayoría de los participantes con la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México, desarrollaríamos un proyecto durante un periodo no determinado en los blogs que se nos asignaron hace ya casi un año (chancla, cómo pasa el tiempo...). Con mayor o menor disciplina, escribimos cuanto pudimos, en la medida de nuestras posibilidades y capacidades. Eventualmente, el interés decayó (maldita sea la cosa), por los motivos que gusten y manden (a modo de confesión [a todas luces sabida y consabida]: chorros de chamba y poco tiempo para pensar en un texto literario), y dejamos de escribir.
Miro hacia atrás y veo con mucho afecto ese mes y medio que sobreviví a la Caza y todo lo que implicó, quienes me acompañaron y aguantaron en la faena incluidos; también le tengo un afecto atípico (no suele surgir así tan fácil) a los demás participantes, y de buena gana invitaría otra vez a mi casa a tomar más cerveza y atiborrarnos de botana, pero será cuando termine de jugar al carpintero. Le agradezco muchísimo al heroico personal que permitió el desarrollo del concurso y a Mónica, Alberto y Álvaro, que sobrevivieron con nosotros. Sin embargo -y se me perdonará la crítica, pero ése es mi trabajo-, me resulta medianamente absurdo que aún haya preventivos de un concurso que no se desarrolló, me pesa que se nos solicitara a los participantes de la primera edición que mantuviéramos activo un espacio -casi por nuestros propios medios- al menos hasta que la logística de la segunda edición de Caza permitiera abrir oficialmente la convocatoria, casi me parece un accidente de desinformación que al público usuario se le anuncie un evento que lamentablemente no tiene miras a suceder.
En fin, el asunto es que alguien debiera tomarse la molestia de actualizar los comerciales de la UNAM (que no son pocos) que se presentan en el Metrobús.
Sí, soy un quejiche susceptible, pero supongo que -en este caso- el respeto que muchos se merecen parte de un mismo lugar y aporta en variopinto destino.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando vas a dejar que el sol te acaricie, cuando miraràs para arriba y no siempre hacia abajo que en suelo hay basura.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

Cuando el sol brille.

Anónimo dijo...

Tu sabes que el sol brilla para todos.Y que ademàs sale todos los dias, es suficiente que te saques esas antiparras que te ha puesto la vida, correcciòn, que nos ha puesto la vida, pues yo tambièn lasllevo puestas a veces. Besos a quien corresponda.