Nuevamente, benditos y bizarros mis trabajos que me exponen a experiencias que me serían absolutamente inaccesibles desde mi oficina (bueno, técnicamente aún lo son, pero al menos hay un conocimiento vicario).
Mi revistita de arte me ha acercado a un pequeño universo que hace un año me importaba un carajo; habrá que admitir que la abrumadora mayoría de ese universo me sigue importando un carajo, pero al menos una respetable minoría me sorprende.
Ahora, en mi más nueva adquisición laboral (aunque la frase correcta debiera tenerme a mí por objeto) me expongo a tecnologías limpias, sustentabilidad, ecología, economía... Empiezo a tener un brote paranoico y de pronto me sorprendo en un intento por elucidar algún proceso para secuestrar grandes cantidades de dióxido de carbono y vapor de agua, como si el solo sentido común y lo que recuerdo de mis clases de física y química de hace diez años fuesen suficientes para resolver el asunto; total, qué conocimiento podrán tener esos respetabilísimos doctores en ingeniería que supere al mío... La ilusión, la esperanza y la estupidez son las características más comunes entre los que pretenden cambiar el mundo.
En fin, que corrigiendo un artículo sobre arquitectura dinámica, me topé con este video. En términos simples, un equipo de locos decidió que ya se habían aburrido de los rascacielos como han sido desde los últimos cien años, así que se dieron a la tarea de diseñar lo que van a ver, y además de todo se empecinaron en que sirvieran para algo.
Cada piso se hace en un proceso industrial (al carajo con las cuadrillas de albañiles gritando a diestra y siniestra "Mamacita, quién fuera tu zapato... piernuda" [aunque el folclor del doble sentido y el piropo es rebonito]) y se ensambla in situ; lo único que se construye -en el sentido convencinal de la palabra- es el eje de rotación. En dos terceras partes del tiempo que tomaría terminar la torre se encuentra en condiciones de ser ocupada.
¿Lo lindo? Entre cada piso hay una turbina de viento y paneles solares por todos lados, así que el bendito edificio es autosuficiente en su consumo energético y todavía capaz de generar la electricidad requerida por todo Dubai: para sí mismo requiere la producción de ocho turbinas, así que las cuarenta que quedan que se las consuma la compañía de luz de la ciudad.
A resumidas cuentas, o los magnates multimillonarios (nomás para que no se nos olvide nuestra miseria, el segundo millonario más millonario del mundo [y que cada cuanto desbanca al que más] es mexicano y dueño de la mitad del continente) traen a estos locos y hacen varias torres eólicas y se dan el lujo de hacerse todavía más millonarios con las ganacias que reportan a mediano plazo o nos va a cargar la mierda con el cambio climático.
Mi revistita de arte me ha acercado a un pequeño universo que hace un año me importaba un carajo; habrá que admitir que la abrumadora mayoría de ese universo me sigue importando un carajo, pero al menos una respetable minoría me sorprende.
Ahora, en mi más nueva adquisición laboral (aunque la frase correcta debiera tenerme a mí por objeto) me expongo a tecnologías limpias, sustentabilidad, ecología, economía... Empiezo a tener un brote paranoico y de pronto me sorprendo en un intento por elucidar algún proceso para secuestrar grandes cantidades de dióxido de carbono y vapor de agua, como si el solo sentido común y lo que recuerdo de mis clases de física y química de hace diez años fuesen suficientes para resolver el asunto; total, qué conocimiento podrán tener esos respetabilísimos doctores en ingeniería que supere al mío... La ilusión, la esperanza y la estupidez son las características más comunes entre los que pretenden cambiar el mundo.
En fin, que corrigiendo un artículo sobre arquitectura dinámica, me topé con este video. En términos simples, un equipo de locos decidió que ya se habían aburrido de los rascacielos como han sido desde los últimos cien años, así que se dieron a la tarea de diseñar lo que van a ver, y además de todo se empecinaron en que sirvieran para algo.
Cada piso se hace en un proceso industrial (al carajo con las cuadrillas de albañiles gritando a diestra y siniestra "Mamacita, quién fuera tu zapato... piernuda" [aunque el folclor del doble sentido y el piropo es rebonito]) y se ensambla in situ; lo único que se construye -en el sentido convencinal de la palabra- es el eje de rotación. En dos terceras partes del tiempo que tomaría terminar la torre se encuentra en condiciones de ser ocupada.
¿Lo lindo? Entre cada piso hay una turbina de viento y paneles solares por todos lados, así que el bendito edificio es autosuficiente en su consumo energético y todavía capaz de generar la electricidad requerida por todo Dubai: para sí mismo requiere la producción de ocho turbinas, así que las cuarenta que quedan que se las consuma la compañía de luz de la ciudad.
A resumidas cuentas, o los magnates multimillonarios (nomás para que no se nos olvide nuestra miseria, el segundo millonario más millonario del mundo [y que cada cuanto desbanca al que más] es mexicano y dueño de la mitad del continente) traen a estos locos y hacen varias torres eólicas y se dan el lujo de hacerse todavía más millonarios con las ganacias que reportan a mediano plazo o nos va a cargar la mierda con el cambio climático.
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