viernes, 18 de julio de 2008

Y nada más

Esto me ha pasado ya no sé cuántas veces (tendría que revisar los archivos para saberlo, y francamente me provoca pereza). Hoy consideré abstenerme de publicar una entrada, pues no tengo nada que decir; o será quizá que algún sutil resabio de tristeza no me lo ha permitido. Dejemos esa especulación de lado; a fin de cuentas, ¿qué importa?
Ésta fue la tercera canción que sonó esta tarde en mis audífonos -curiosamente, The Beatles hoy sonaron bastante en mis audífonos-. Me es increíblemente conmovedora; y el motivo me importa un corcho. Como las cosas que son grandiosas, es irrelevante investigar sus causas. Pasando la estafeta de Lennon a McCartney, let it be.
Por un momento estuve tentado a contar la historia de la grabación, pero para eso no me necesitan: el Wikipedia resuelve más dudas que la Enciclopedia Británica. Basta decir que casi todo lo que se oye, salvo las vocales de Lennon, es el audio original.


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