Rentar un departamento, al menos en esta ciudad, es situación delicada, pues implica confianza por parte de arrendadores, arrendatarios, y especialmente avales. Otrora viví con dos indeseables que estuvieron a nada de arruinar mi relación con la familia de mi mejor amigo: se tomaron la elegancia de dejar de pagar la renta de un departamento, y las acciones legales que derivaron por poco le cuestan el patrimonio a una familia. Otro de los muchos motivos que tengo para despreciarlos.
Hoy le pedí al Dr. Rafael Villalobos Pietrini, fundador de nosécuántos centros de investigación en este país, de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Veracruz, autor de una miríada de artículos académicos y libros de texto, editor en jefe de la Revista Internacional de Contaminación Ambiental y, por tanto, su figura de mayor autoridad, y por encima de todo eso, la persona a quien más respeto en este centro de investigación, que fungiera como mi aval en el departamento que estoy próximo a tomar.
Sin chistar ni preguntar detalle, me ofreció su apoyo inmediatamente. Sentí un nudo en la garganta cuando respondió que lo haría de buen grado. Corre la historia que solía ser un hombre tanto o más amargo, hosco y obsesionado con su trabajo que yo, y que una cirugía a corazón abierto cambió radicalmente su manera de ser; en más de dos años, he visto exclusivamente a un cándido y cortés caballero de setenta años.
Hay gente a la que se le habla de usted por respeto, no por atención a las normas de etiqueta o para con el título académico.
Hoy le pedí al Dr. Rafael Villalobos Pietrini, fundador de nosécuántos centros de investigación en este país, de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Veracruz, autor de una miríada de artículos académicos y libros de texto, editor en jefe de la Revista Internacional de Contaminación Ambiental y, por tanto, su figura de mayor autoridad, y por encima de todo eso, la persona a quien más respeto en este centro de investigación, que fungiera como mi aval en el departamento que estoy próximo a tomar.
Sin chistar ni preguntar detalle, me ofreció su apoyo inmediatamente. Sentí un nudo en la garganta cuando respondió que lo haría de buen grado. Corre la historia que solía ser un hombre tanto o más amargo, hosco y obsesionado con su trabajo que yo, y que una cirugía a corazón abierto cambió radicalmente su manera de ser; en más de dos años, he visto exclusivamente a un cándido y cortés caballero de setenta años.
Hay gente a la que se le habla de usted por respeto, no por atención a las normas de etiqueta o para con el título académico.
2 comentarios:
En horabuena por encontrar un aval, especialmente si es un hombre honorable.
Saludos
Y merecedor de todo mi respeto y aprecio.
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