Justo cuando estaba a punto de caer en uno de esos penosos momentos y sumirme en una desesperación de las que me muerden un pie y no sueltan durante mucho rato, un balazo veloz de diseño, una cuenta pendiente, una sonrisa de ésas (matadora), una conversación de ésas (las que le recuerdan a uno las cosas y los libros importantes, las que hacen que uno mire con nostalgia los momentos que no fueron hace muchos años, las que dejan entrever la alegría de otro por las cosas pequeñas, y que se contagia), una cerveza prometida, unas tarjetas de presentación prometidas, una cita de trabajo anunciada y la inminencia de un viaje que espero desde hace un mes y medio me hacen recuperar el aire.
Y encima de eso, el oso que vive en mi barriga empieza a estirar las garras y quitarse la modorra: comienza la temporada de caza y un hambre atroz ya lo espabila.
Y encima de eso, el oso que vive en mi barriga empieza a estirar las garras y quitarse la modorra: comienza la temporada de caza y un hambre atroz ya lo espabila.
5 comentarios:
Vaya, muchas cosas alentadoras te rodean... mil veces mejor que pasar la vida amodorrado, ¿no?
Disfruta la plática, la cerveza, el viaje y todo lo que venga como consecuencia.
Saludos.
Menos mal que es ursus el que despierta. De lo contrario, nomás de pensar en el licántropo que habita en las oscuras profundidades del ser, se me agita el corazón.
Alisma: amenacé desde hace algunos meses, y este año ha de ser mejor o empiezo a degollar gallinas (para la cena). Disfrutando.
Palomilla: despierta uno y sucesivamente despiertan los otros. Las fieras se llaman unas a otras.
Bueno, habrá que empezar a lidiar de nuevo con el dragón, la más temible de mis fieras internas... de las tuyas, pues no se más que del oso y del "gatúbelo" ja.
En mi bestiario, el oso vive en mi barriga, el gato abajo de la piel, el lobo me recorre las tripas y el león se sienta a mi espalda. Hay dos hámsters cazando hormigas en mi cabeza y del borrego nomás quedó el corazón.
En cuanto pasen lista los demás, haré la cuenta.
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