martes, 9 de septiembre de 2008

Las oscilaciones del sueño

Reza el refrán, con la sabiduría que arrastran los siglos bajo los que se ampara, que no hay mal que dure cien años, ni pendejo que los sobreviva [sic]; o en otra versión, no hay mal que por bien no venga.
Ayer te soñé de nuevo, y fue distinto, y dormí toda la noche. Caminábamos juntos, tú vestido con un impecable traje azul y yo como siempre con mis tenis y los pantalones rasgados. De nuevo usabas la barba y tenías más cabello; te veías como hace unos años, con ese porte imperial que quiero tener cuando también visto de traje, pero que no logro a falta de uso.
Y caminábamos y decíamos cosas sobre las casas que veíamos y los árboles. No temblabas, te veías alegre. Otra vez tenías fuerza, como si no la hubieras perdido, y señalabas cosas para que yo las viera, con gesto decidido y mano firme. Y yo miraba todo cuanto me decías.
Fue distinto, y dormí toda la noche.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dreams tell things...

Pay attention.

I'm glad you dreamt like that, and even more: you slept the whole, whole night.

Julián Iriarte (bueno, ya: Oliver) dijo...

No practico la oniromancia. No soy José.

Anónimo dijo...

¡No la practiques! jaja ¡qué flojera hacerlo además!

Es mucho más sencillo que eso. Es más, te tomó más tiempo escribir esta entrada que lo que te tomaría darte cuenta de eso a lo que me refería cuando dije: Dreams tell things.

Y tampoco es psicoanálisis, para eso, solo Mr. Freud.

Bonne chance!