lunes, 31 de marzo de 2008

Está resuelto

Y sin embargo no. No se resuelve.
Si a usted le interesa la poesía, vuelva mañana: hoy no es día.
Necesito armar un rompecabezas. 1,500 piezas. Que me duran tres días, pero sirven.

viernes, 28 de marzo de 2008

Un monstruo

Tenía yo la firme intención de postear algunos poemas (cosa que haré el lunes), pero me vi asaltado e impelido a cambiar de opinión, para no variar...
Conocí a Steve Reich en el Festival del Centro Histórico de 2006 (REfan y fiel devoto): Bang on a Can All-Stars presentaba el brutal e hipnótico Music for Airports de Brian Eno, tras una exquisitísima selección de obras de grandes compositores del S. XX, v.g. Hermeto Pascoal, Conlon Nancarrow y Reich.
Llegué rayando al Palacio de Bellas Artes y por poquito no me dejan entrar a la sala; cuando tomé mi asiento, Mark Stewart estaba tocando Electric Counterpoint ("suena a un beso", dijo Margarita, una de mis mejores amigas, cuando escuchó la pieza algún tiempo después). Y salí flotando, abrumado de tanta belleza, porque oh qué hermoso es Music for Airports (no recomendado para hiperactivos que no pueden estarse quietos más de tres minutos) y qué extraordinario es el Bang on a Can All-Stars.
A la primera oportunidad me di a la tarea de encontrar todo cuanto pudiera de Reich, entre información, métodos de composición y -evidentemente- piezas musicales. Su obra, iniciada en 1965, abarca algunos cientos de horas y géneros musicales: de los principios de la música electrónica y el noise, es considerado el padre del minimalismo, junto con Terry Reily (otro monstruo glorioso). Ha trabajado con Kronos Quartet, Alarm Will Sound (uff!!), Pat Metheny, Ossia, el Steve Reich Ensemble (como no abundaban los valientes y virtuosos que ejecutaran su música, Reich decidió dejarse de chingaderas y mejor juntó a su grupo); ha utilizado poemas de William Carlos Williams (uff... reuff!!), pasajes bíblicos y del Corán (cantados en hebreo y árabe) y textos de Ludwig Wittgenstein, entre varios otros.
Es considerado uno de los pocos compositores que cambió la dirección de la música, y no lo digo yo, lo dice el Guardian de Londres. El año pasado la Real Academia Sueca de Música le otorgó el Polar Prize y en 2006 obtuvo el Praemium Imperiale, que es el Nobel para las demás artes.
Hoy, organizando mis archivos, poniéndoles orden por fin, tuve la curiosidad de chismear otro poco y me encontré este video; es una versión ________ (rellene con el adjetivo que mejor le parezca) de Clapping Music. Quería poner otro de una filmación de los setentas, pero no lo encontré completo; que no es tan grave, pues bien pueden metichear en la página de Reich y segurito lo encuentran.
Los monstruos hacen cosas más hermosas: "El sueño de la razón produce monstruos".


jueves, 27 de marzo de 2008

Hoy quiero ser mago

De niño quería ser paleontólogo; en cierto sentido era la antítesis de los sueños de la gran mayoría de los niños: en lugar de mirar al futuro y ser astronauta y conquistar otras galaxias, yo quería mirar al pasado más remoto y convivir con dinosaurios (refan durante muchísimos años; todavía recuerdo nombres y puedo distinguir bichos [o esqueletos de bichos]). Bueno, habrá que ser algo más crítico y menos consecuente, pues la fantasía astronauta más bien es gringa y de los sesentas. Pero Toy Story (tsss... fan, refan) es como el ejemplo paradigmático de una infancia "convencional" (americana, por supuesto) y cómo entiende un niño el mundo.
De adolescente quise ser ingeniero civil (???), chef (ésa se la debo a mi hermana, y en cierto sentido a mi madre; más allá de eso, puedo cocinar y no morir envenenado o asqueado con los resultados), y/o algo relacionado con diseño gráfico.
De post-adolescente decidí ser escritor y lector profesional. Las consecuencias de una decisión un tanto accidentada e intempestiva (y sin embargo, una de las pocas de las que no me arrepiento, aunque me esté reventando de trabajo) las vamos a ver, realmente, en algunos años por venir. Y no sé cuántos.
Pero el asunto aquí es otro: hoy quiero ser mago y sacar sombreros de conejos (qué imagen...).


miércoles, 26 de marzo de 2008

Malos hábitos

Chismeando en el VerveEarth, terminé en el Blog en Serio; no me pregunten de qué se trata porque francamente no lo he revisado: francamente tengo mucho trabajo como para dedicarle algún tiempo significativo a algo que no sea trabajo (pero querías ser workaholic...).
Me tomo la libertad (y espero que Víctor no se disguste: entendamos éste un servicio de difusión) de copiar contenido de una entrada suya, que me resulta harto práctica, en atención a mis hábitos compulsivos. Y otro mal hábito es la corrección de estilo.

Seis recomendaciones para lograr 24 horas de trabajo efectivo
  1. Regula el consumo de cafeína, sobre todo al final de la maratónica jornada: además de que tu sistema nervioso se vuelve inmune a sus efectos, te puede resultar contraproducente y despertar ansiedad.
  2. Cambia la ingesta de snacks y golosinas por frutas y barras nutritivas en intervalos regulares; de este modo no sentirás el estómago vacío ni un exceso de glucosa en el torrente sanguíneo.
  3. No sucumbas en el momento en que el sueño está por vencerte: es natural que empieces a cabecear a la hora que acostumbras dormir, pero si te distraes, das una caminata y respiras aire fresco, lo vencerás.
  4. De no conseguirlo, prográmate pequeñas siestas de quince minutos, lo más espaciado posible, que no sean en un lugar cómodo como un sillón y mucho menos la cama.
  5. Música acompañando el ritmo con el pie, y de preferencia una con la que no te embarguen sentimientos de tristeza y melancolía, sino que inyecte adrenalina a tus oídos.
  6. Un plan de trabajo para toda la jornada: si no defines previamente qué tareas debes cumplir para qué momentos del día, no podrás llevar un monitoreo de tu eficiencia y es probable que renuncies y dejes todo inconcluso y para el día siguiente.
  7. [recomendación de Víctor] Visualiza los beneficios de estar involucrado 24 horas en un trabajo: adelantar tu día de descanso, ganar dinero extra, conseguir un ascenso, terminar asuntos pendientes...
  8. [otra recomendación de Víctor] Manténte alejado de teléfonos y messenger: doy fe que, aun cumpliendo al pie de la letra los siete preceptos anteriores, todo se puede ir por la borda al recibir una llamada o encontrar a alguien en particular en el MSN.

lunes, 24 de marzo de 2008

¿Por qué?

'Pollo' es mi apodo más viejo; quizá, no recuerdo bien, se lo deba a mi mejor amigo: ya hace unos dieciséis años de eso. Y precisamente por eso me es TAN significativo este post. Chorros de gracias a Rosa por el mail (si alguien ya lo ha leído será porque es material recurrente de correos).


¿POR QUÉ EL POLLO CRUZÓ LA CARRETERA?

Maestro de primaria: 'Porque quería llegar al otro lado.'
Profesor de secundaria: 'Aunque se los explique, queridas bestias, no podrán entenderlo.'
Profesor de facultad: 'Para saber por qué el pollo cruzó la carretera (tema que se incluirá en el parcial de mañana), lean los apuntes de la página 2 a la 3,050.'
Platón: 'Por su bien. Al otro lado de la carretera se encuentra la verdad.'
Aristóteles: 'Está en la naturaleza del pollo el cruzar las carreteras.'
Karl Marx: 'Era históricamente inevitable.'
Capitán James T. Kirk: 'Para llegar adonde ningún otro pollo había llegado antes.'
Hipócrates: 'Ha cruzado la carretera por culpa de un exceso de secreciones en el páncreas.'
Martin Luther King Jr.: 'He tenido un sueño donde todos los pollos eran libres de cruzar una carretera sin tener que justificar sus actos.'
Moisés: 'Y Dios descendió del Paraíso y le dijo al pollo: cruza la carretera. Y el pollo cruzó y Él vio que esto era bueno.'
Richard M. Nixon: 'El pollo no cruzó la carretera. Repito: el pollo no cruzó nunca la carretera.'
Nicolás Maquiavelo: 'Lo importante es que el pollo cruzó la carretera. ¿A quién importa el porqué? Solamente el fin de atravesar la carretera ya justifica cualquier motivo que hubiera tenido.'
Sigmund Freud: 'El hecho de que te preocupe por qué el pollo cruzó la carretera ya revela tu fuerte sentimiento de inseguridad sexual latente.'
Bill Gates: 'Precisamente acabamos de terminar el nuevo OfficePollo2008, que además de cruzar las carreteras, será capaz de incubar huevos, archivar los documentos importantes, etc.'
Buda: 'Preguntarse tal cosa (por qué el pollo cruzó la carretera) es renegar de tu propia naturaleza de pollo.'
Galileo: 'Y sin embargo, cruza.'
Mariano Rajoy: 'El pollo cruzó la carretera manipulado por el PSOE para manifestarse frente al PP.'
Bill Clinton: 'Juro sobre la constitución que no ha pasado nada entre el pollo y yo.' [dios bendito]
Neo (Matrix): 'El pollo no existe.'
Einstein: 'El hecho de que sea el pollo el que cruce la carretera o que sea la carretera la que se mueve bajo el pollo, depende. Es relativo al referencial.'
Zen: 'El pollo puede cruzar la carretera en vano, sólo el Maestro conoce el ruido de su sombra detrás de la pared.'
Stalin: 'Hay que fusilar al pollo inmediatamente, y también a los testigos de la escena y a diez personas más escogidas al azar por no haber impedido este acto subversivo.'
Fidel Castro: 'El pollo es un desertor, por eso cruzó la carretera, pero se arrepentirá de las injusticias de la otra carretera y, créanme, el pollo volverá.'
George W. Bush: 'El hecho de que el pollo haya cruzado la carretera a pesar de las resoluciones de la ONU representa un grave ataque a la democracia, la justicia y la libertad. Esto prueba, sin ninguna duda, que teníamos que haber bombardeado esta carretera hace tiempo. Con el objetivo de garantizar la paz en la región, y para evitar que los valores que defendemos sean otra vez atacados por este tipo de terrorismo, el gobierno de los Estados Unidos de América ha decidido enviar 17 portaaviones, 46 destructores y 154 fragatas, con el apoyo por tierra de 243,000 soldados de infantería y por aire de 846 bombarderos, que tendrán por misión, en nombre de la libertad y la democracia, eliminar todo asomo de vida en los gallineros a 5,000 km. a la redonda, y después asegurarse con unos disparos de misiles muy precisos de que todo lo que parezca de lejos o de cerca un gallinero sea reducido a un montón de cenizas y no pueda nunca más desafiar a nuestra acción con su arrogancia. Hemos decidido también que, después, este país será generosamente dirigido por nuestro gobierno, que reconstruirá gallineros según las normas vigentes de seguridad, poniendo a su frente a un gallo elegido democráticamente por el embajador de EUA. Para financiar todas estas reconstrucciones, nos conformaremos con el control absoluto de toda la producción de cereales de la región durante treinta años, sabiendo que los habitantes locales se beneficiarán de una tarifa preferente sobre una parte de la producción, a cambio de su total cooperación. En este nuevo país de justicia, paz y libertad, podemos asegurarles que nunca más un pollo intentará cruzar una carretera, por la simple razón de que no habrá más carreteras y que los pollos no tendrán patas. Que Dios bendiga América.'

sábado, 22 de marzo de 2008

Historia de migración

Hace ya tres días (advierto que empecé a escribir esta entrada desde el miércoles, pero benditos mis trabajos y la falta de una conexión de internet en casa...) fue el cumpleaños de una extraordinaria amiga; contrario a lo que he hecho desde que empezó este blog, no voy a levantar un poema como regalo. Más bien, me voy a tomar la libertad de robarle un regalo a ella.
Antes de entrar en materia y hablar de su manera de ser y sus cualidades tan maravillosas, la parte más interesante de esta historia es otra: si uno mira su historial, la conclusión a la que llega es que es de las puntas del mundo.
De padres coreanos, creció en Colombia, donde las maestras la veían raro porque no tenían manera ni de regañarla, pues evidentemente no se entendían. Vino todavía niña a México y se fue a Glendale, California, a estudiar la preparatoria. Ya en la universidad (¿era UCLA? En fin, de ese dato ya no me acuerdo con precisión), en un intercambio en París conoció a uno de los amores de su vida: de familia sudamericana (otro dato que también se me olvidó) y radicado en Miami, se fueron a topar del otro lado del charco. Lo más divertido, y lo que llevó al quiebre de ese idilio, fue mantener la relación de extremo a extremo de la nación americana (amor de lejos...); pero al menos ese rato le fue lindo y lo disfrutó todo cuanto pudo. Después disfrutó de ofenderlo porque el tipo salió un mamarracho de ésos que dan ganas de pisar...
Y ahora sí: nos conocimos en primero de secundaria, hace trece años más o menos. La única chica oriental no sólo de la generación, sino de toda la escuela; evidentemente, como buenos adolescentes estúpidos, era la recipiendaria de sustancioso número de burlas y chistes tontos. Sin embargo, nadie se imaginaba que era más ruda que muchos de nosotros, mucho más inteligente y cabrona, así que se hizo un lugar de harto respeto (y cuidado alguien hiciera un nuevo chiste, que además tiene la mano pesada).
De esos años es una de mis anécdotas favoritas. En una fiesta, un amigo me enseñó a desmayar gente; me guardo de detallar la técnica, no sea que alguien cometa la misma estupidez que nosotros y luego me lluevan insultos debido a mi mala influencia en las miríadas de lectores que cruzan diariamente por este blog (ajá...). El asunto es que llegué muy ufano el lunes por la mañana y a mediodía ya se habían desmayado unas quince personas; después desmayé al resto del salón y luego a los salones vecinos. El juego nos duró unas dos semanas hasta que algún soplón le llevó el chisme a los maestros. "Pónganse de pie todos los que se desmayaron" y dos (de treinta y siete) se quedaron sentados (jiji); supongo que no pensaron que fuéramos tantos, así que cambiaron la táctica: "Quédense de pie los que desmayaron a alguien más". Y sí, sólo fuimos once, siete de los cuales ya teníamos nutridos expedientes. Pero ella no: ella era una estudiante modelo, con espléndidas calificaciones, con el respeto y el aprecio de nuestros maestros, con responsabilidades "administrativas" como representante de los alumnos ante el profesorado. ¿Cómo había nuestra mala influencia llegado tan lejos? Un día de suspensión y una investigación para todos, salvo para mí, que me tocaron dos días de suspensión y no recuerdo qué castigo.
Pero lo más bonito de esa anécdota fue la junta de la directora con los padres de los niños estúpidos que hacían travesuras tontas en su tiempo de descanso. A algunos ya se les veía la costumbre en la cara ("otra vez hizo su estupidez..."), pero su madre se mostraba absolutamente impasible. Tras una larga perorata en que la directora medianamente hizo creer a nuestros padres que eran los peores del mundo y que habían educado vestias [sic] de la más baja estofa, la señora sonríe, se levanta y se despide con un "Gracias, buenas noches". Recuerdo al padre de un gran amigo, un tipo de casi dos metros y como 120 kilos, carcajeándose en la cara de la directora y dándole palmaditas a su hijo en el hombro.
Entonces sus padres decidieron que lo pertinente era que se prepara para estudiar una carrera universitaria en Estados Unidos, así que la mandaron a una escuela americana. Después tuvo ese ingrato periodo de incertidumbre en que no queda claro qué quiere uno hacer con su vida. Y tuve chance de echar chisme con ella y hacer mis sugerencias, tan pertinentes como podían ser, viniendo de otro perdido en la incertidumbre.
Durante algún tiempo recibí postales suyas, casi todas remitidas desde Corea. Mi favorita es en sí una fotografía: ella, vistiendo un traje azul de combate de ésos que tienen careta porque usan "espadas" (no sabría darles un término, y en mis malas condiciones no estoy para tirarme un clavado al Wikipedia) de bambú. Y a pesar de la rejilla de la careta, la sonrisa traviesa de "te puedo reventar a golpes y yo no sentiría ni remordimiento" es de las cosas que hasta provocan envidia.
Algunos años después supe que daba clases de inglés a niños de primaria en Corea. Lo divertido es que, en tanto eran un chorro de chamacos, decidió ponerles los nombres de los cuates... Aquí debiera acotar otra anécdota: antes de entrar a la unversidad, vino de California a pasar una temporada corta con la familia; para la cena de despedida fuimos a un restaurante coreano (dah...) donde había karaoke, en coreano (doble dah...). Me acuerdo que me senté en la banquita a reírme, y reventé cuando le pedimos que nos cantara: "Es que no sé leer coreano, nomás sé escribirlo". A la luz de esto, no me termino de imaginar lo entretenida y folclórica que debe haber sido una clase suya.
Admito que hemos perdido contacto, y buena parte de eso es culpa mía. Mis últimas noticias fueron que regresaba a California a estudiar una maestría (¿una maestría? Bueno: algo), aunque lo hacía sólo porque Corea la mandaba de regreso.
En fin. No es fácil darle continuidad a una amistad así, pero es de las que uno recuerda con un chorro de afecto.
Te extraño un chorro, amarillita. Y donde corchos sea que estés, un besote.
P.D. Si alguien en algún momento de su vida se ha topado con Andrea Lee Ko, haga el favor de avisarle que acá tiene un pequeño regalo.

lunes, 17 de marzo de 2008

e. e. cummings (trad.)

[Entre mis habilidades y obligaciones está la traducción; sin embargo, por ningún motivo traduzco poesía y menos en un arranque. En este momento reniego de este post y de verdad que no lo debiera publicar.]

llevo tu corazón conmigo(lo llevo
en mi corazón)nunca estoy sin él(dondequiera
que voy,vas tú, amada;y lo que sea que haga
por sólo yo es tu obra, querida)
no temo
al destino(porque tú eres mi destidno, dulce)no quiero
ningún mundo(porque hermosa eres mi mundo, mi certeza)
y eres lo que sea que una luna siempre significó
y lo que sea que un sol siempre canta eres tú

éste es el secreto más profundo que nadie conoce
(ésta es la raíz de la raíz y el brote del brote
y el cielo del cielo de un árbol llamado vida;que crece
más alto de lo que el alma puede esperar o la mente ocultar)
y es la maravilla que mantiene a las estrellas separadas

llevo tu corazón conmigo(lo llevo en mi corazón)


La primavera es como una quizá mano
(que llega cuidadosamente saliendo
de ninguna parte)arreglando
una ventana, adonde todos miran(mientras
todos miran
ella arregla y cambia coloca
cuidadosamente allí una cosa
extraña y una cosa conocida aquí(y

cambiándolo todo cuidadosamente

la primavera es como una quizá
Mano en una ventana
(cuidadosamente acá
y allá moviendo Nuevas y
Viejas cosas, mientras todos miran cuidadosamente
movienco una quizá
fracción de flor aquí colocando
una pulgada de aire allá)y

sin romper nada.


en un lugar en el que nunca he estado, felizmente más allá
de cualquier experiencia, tus ojos tienen su silencio:
en tu gesto más frágil están las cosas que me cercan,
o las que no puedo tocar porque están demasiado cerca

tu mirada más leve fácilmente puede descerrarme,
pese a que me he cerrado como dedos,
me abres siempre pétalo a pétalo como la Primavera abre
(tocando hábilmente,misteriosamente)su primera rosa

o si tu deseo fuera cerrarme, yo y
mi vida se cerrarán muy hermosamente ,repentinamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve descendiendo cuidadosamente en todas partes;
nada de lo que podemos percibir en este mundo se compara
con el poder de tu intensa fragilidad:cuya textura
me fuerza con el color de sus tierras,
mostrando muerte y eternidad con cada respiración

(no sé qué hay en ti que se cierra
y se abre;sólo algo en mí entiende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
nadie, ni siquiera la lluvia,tiene manos tan pequeñas

jueves, 13 de marzo de 2008

e. e. cummings

Mi cabeza, evidentemente digresiva, se ha evadido desde hace mucho de la literatura y la poesía; hoy vuelvo a mi primera labor, la literaria, a ver cuánto me dura el encanto...
Después de leer sobre la intención de Harry Partch de musicalizar -usando instrumentos de su propia invención- la traducción que William Butler Yeats hizo del Edipo Rey, de camino a casa pensaba en lo maravilloso que me sería escuchar los poemas de cummings: leerlos (así, para uno mismo) es un logro las más de las veces, estudiarlos es locamente interesante y divertido, traducirlos es heroico (salve Augusto de Campos), pero recitarlos (aunque no me gusta la palabra) es medianamente imposible; bueno, algunos: sus sonetos son extraños como pocas cosas, pero conservan la forma y el resto del rigor.
Dejo aquí mi poema favorito de todos los tiempos: lo transcribí en la puerta de mi baño, aunque aparentemente nadie se dio cuenta en los dos años que viví en ese departamento. Los otros poemas son brutales, y el último es una gloria gloriosísima: sólo piensen que cummings escribía en su máquina, que las palabras son nudos de letras, que en algún momento los caligramas fueron un modelo poético muy trabajado, que el sonido es parte fundamental de cualquier palabra y toda palabra tiene sonido (perogrullada, cierto, pero Saussure no llegó a sus conclusiones nomás porque sí).

l(a

le
af
fa
ll

s)
one
l

iness

cummings
cummings.pdf
Hosted by eSnips

miércoles, 12 de marzo de 2008

Este blog lentamente ha migrado de la literatura a la música, otra de mis obsesiones. Y a pesar de que quisiera, en todo caso, avocarme a las piezas que más me sorprenden y que no son de consumo generalizado, resulta que mi repositorio de música tiene restricciones (ya decía yo que el DRM-free es el asunto, maldita ironía).
Hoy sonó esta rola en el random del Real Player. Si Mike Skinner, aka The Streets, es un gran letrista, los Guillemots llevaron la rola a muy otro lugar, y me gusta mucho más el cover.
Independientemente de eso, dice con toda exactitud una tristeza.
A Antonio, otra vez.

Get this widget | Track details | eSnips Social DNA

martes, 11 de marzo de 2008

Transporte cultural

El camino a ésta mi oficina contempla veinte minutos por la calle más larga del mundo, la importantísima y agitadísima y accidentadísima y marchadísima avenida de los Insurgentes. Si en algún momento fui renuente al uso del Metrobús, hoy mi opción se traduce a camino de ida, camino de vuelta; sigo prefiriendo el Metro convencional...
Ayer, terriblemente cansado, ciertamente de mal humor por los músculos adoloridos y el hambre de un desayuno mal balanceado, leía en el trayecto a ésta mi oficina cuando escuché acerca del nuevo virtuality literario que la UNAM está por arrojar... Tengo que admitir que me distrajo el anuncio y de reojo (o reoído) presté atención al comercial, por pura méndiga metichería.
¿Está por arrojar? Según alcanzo a recordar, hablaban de la segunda edición de Caza de Letras; según alcanzo a recordar, el ganador se hacía acreedor a cien mil pesos (M.N.), la publicación de la novela en Alfaguara y la presentación en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería el próximo (!!??) 28 de febrero...
Estuve a punto de cagarme de risa, y también estuve a punto de gritar como psicótico fuera de sí: "Yo era Julián Iriarte, yo era Julián Iriarte". Pero me venció el pudor y la vergüenza... Aunque me asaltó como relámpago si alguno de los usuarios sabría quién corchos somos o por qué corchos "están echando una segunda edición" y, por tanto, quién corchos ganó la primera edición (beso terrible a la niña Falanja, si de pura casualidad está leyendo: debo un viaje, pronto lo pago).
Según convenimos la mayoría de los participantes con la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México, desarrollaríamos un proyecto durante un periodo no determinado en los blogs que se nos asignaron hace ya casi un año (chancla, cómo pasa el tiempo...). Con mayor o menor disciplina, escribimos cuanto pudimos, en la medida de nuestras posibilidades y capacidades. Eventualmente, el interés decayó (maldita sea la cosa), por los motivos que gusten y manden (a modo de confesión [a todas luces sabida y consabida]: chorros de chamba y poco tiempo para pensar en un texto literario), y dejamos de escribir.
Miro hacia atrás y veo con mucho afecto ese mes y medio que sobreviví a la Caza y todo lo que implicó, quienes me acompañaron y aguantaron en la faena incluidos; también le tengo un afecto atípico (no suele surgir así tan fácil) a los demás participantes, y de buena gana invitaría otra vez a mi casa a tomar más cerveza y atiborrarnos de botana, pero será cuando termine de jugar al carpintero. Le agradezco muchísimo al heroico personal que permitió el desarrollo del concurso y a Mónica, Alberto y Álvaro, que sobrevivieron con nosotros. Sin embargo -y se me perdonará la crítica, pero ése es mi trabajo-, me resulta medianamente absurdo que aún haya preventivos de un concurso que no se desarrolló, me pesa que se nos solicitara a los participantes de la primera edición que mantuviéramos activo un espacio -casi por nuestros propios medios- al menos hasta que la logística de la segunda edición de Caza permitiera abrir oficialmente la convocatoria, casi me parece un accidente de desinformación que al público usuario se le anuncie un evento que lamentablemente no tiene miras a suceder.
En fin, el asunto es que alguien debiera tomarse la molestia de actualizar los comerciales de la UNAM (que no son pocos) que se presentan en el Metrobús.
Sí, soy un quejiche susceptible, pero supongo que -en este caso- el respeto que muchos se merecen parte de un mismo lugar y aporta en variopinto destino.

lunes, 10 de marzo de 2008

Una huella digital oscura

Muchas de las cosas que hago son efectivas evasiones a un cúmulo evidentemente desagradable o al menos irritante o a la sobresaturación. Escribir este blog, por ejemplo, me aleja durante unos minutos del trabajo, que no es poco.
En una ocasión, alguien me dijo que mi carácter obsesivo-compulsivo se llevaba bien con mi terapia ocupacional. En aquella ocasión, era una tabla de menos de un metro y lijas de grano 180 y 230: cinco horas, hasta que me sangró la nariz por el aserrín. Si no mal recuerdo, también había algún dibujo en la mesa.
La limpieza de la casa cuenta en esa lista de métodos de evasión; también los rompecabezas, caminar, cocinar, leer cuentos viejos y corregirlos, jugar solitario, ver televisión (que a veces termino viendo el marco de la pantalla y no presto ninguna atención), y cuando la necesidad de evadirme es muy grave, entonces me agobia el sueño y duermo mucho, con frío, con una pesadez estúpida y prohibitiva.
Hoy tengo la mano derecha manchada con tinta al alcohol (y he de decir que se ve medianamente desagradable), me duelen los brazos, las piernas, la espalda baja, el cuello y los hombros. Aún me faltan siete tablas de entintar, más el lijado y el pulido, armar los libreros, montarlos en la pared, y -después de casi siete meses- poner mis libros en su lugar y en el orden que les corresponde (habrán de saber que, en mi obsesión compulsiva, mis libros deben acomodarse según época y autor, como debe ser la biblioteca de cualquier escritor).
No se resuelve, nada se resuelve, los pendientes quedan y uno sigue rumiando eso, a veces sin vislumbrar cuándo dejará de hacerlo, o si pueda. Más todavía, revolverlo se vuelve más sencillo: queda la imagen de un vaso de agua y un golpe al otro lado de la mesa.
Quizá deba corregir, o quizá no, pero ya empecé: más que evasiones, en ciertos casos son las únicas confrontaciones que soy capaz a determinadas situaciones que se han vuelto o rayan en lo irresoluble, una de esas pocas maneras de hacer catársis sin que de verdad implique purga, aunque mantenga mi casa limpia o adornada o llena de comida o de sencillos muebles.

jueves, 6 de marzo de 2008

DRM-free (woohoo!!)

La primera vez que tuve noticia del DRM (o lo que es lo mismo, Digital Rights Management, que se traduce como 'Gestión de Derechos Digitales') fue mientras hacía la traducción de un artículo de estética y arte digital, del cual he de admitir que no entiendo mucho, pero qué bonita me quedó y qué orgullo que un journal TAN pesado (si no me creen, nomás echen ojo a su Consejo Editorial) la admitió para su publicación. Y ahora que me acuerdo, me costó muchas horas de trabajo y a algún hijoeputa se le hizo facilísimo copiar y pegar, sin preguntar siquiera (por cierto, si de verdad fuera yo tan hijoeputa como me vendo, ya hubiera reportado el chiste con los Kroker... quizá lo haga en la semana).
Nomás para captar la atención de los metiches que hagan puerto en este blog, de muy menor relevancia para la abrumadora mayoría del universo (como bien me demuestran mis estadísticas de uso), tendré la esencial cortesía de explicar, hasta donde puedo, qué corchos es el DRM.
Antes, para proteger una obra artística había que registrarla y reservar los derechos patrimoniales y morales del autor (si tienen un abogado cerca, que les explique con detalle [si quieren], porque ahí sí me pierdo refácil). Sin embargo, ante la apertura de la accesibilidad a los medios de comunicación e intercambio de información, ante la aparición de nuevos formatos que no podían ser contemplados cuando se formularon las leyes de derechos de autor, las empresas discográficas y editoriales, en su abrumadora mayoría, tuvieron que inventar nuevos medios para restringir el uso indebido de los materiales que nos venden y a partir de los cuales se hacen asquerosamente millonarias. Uno de esos medios fue el DRM, que entre implicaciones legales y sistemas tecnológicos, restringen la transferencia, copia, reproducción, modificación, edición y cualquier otro procedimiento que se considere un cambio o intercambio de la obra.
La cosa no es nueva y ya hace mucho se presentaron borradores ante los cuerpos legislativos de chorros de países (impulsados, también en su abrumadora mayoría, por esas empresas que se hacen asquerosamente ricas con el producto de sus ventas, las más de las veces con un excedente de valor de varios miles porcentuales: ¿alguna vez se han preguntado cuánto cuesta hacer un disco o un libro, considerando todos los procesos, materiales e incluso intermediarios?) para implementar este asunto del DRM en todo lo que se pueda implementar, entiéndase objetos digitales de la suya preferencia.
Votos a favor y en contra, acaloradas discusiones con argumentos de valor por ambas partes, llantos, berrinches, manazos y lloriqueos de todas las partes (el público consumidor en los primeros lugares), las respuestas no se han hecho esperar, en algunos casos porque la supervivencia de determinados mercados y productores depende de la libre transferencia de información (editoriales independientes, por supuesto). Esas respuestas implican nuevos modelos de trabajo y ejercicios significativos de independencia, además de aprenderle algo a las nuevas tecnologías y producir de manera semi-artesanal las obras que se liberan para consumo de nosotros, el público en general.
En otro momento echaba yo loas a la obra y no tanto al esfuerzo que implica publicar una obra bajo este nuevo régimen. He de confesar que nomás conozco a otros dos que hayan hecho lo mismo: Saul Williams (tsss... ni voy a dar un adjetivo, hagan un esfuercito y búsquenlo: todo que disfrutar) y Trent Reznor. Y por fin, después de mi divagación introductoria, llego al quid de este post.
Para el lanzamiento de Year Zero -en todos los sentidos atípico disco de Nine Inch Nails (ojito al Wikipedia, cotejo de fechas, estilos, medios de distribución...)-, Reznor lo puso a disposición de los fans en la página de NIN, con una versión gratuita y otra a cinco dólares. Y ahora, por accidente casi, me entero que Reznor jugó parecido: Ghosts, 36 composiciones (gloriosas) más o menos en la línea de la música ambiental (aunque ni de lejos se parece a Brian Eno y Music for Airports), se presenta en cuatro versiones para quien guste adquirirlo.
Y de verdad, es estúpidamente hermoso, con texturas harto emotivas y chorros de momentos de ésos en que uno quiere estar tirado en la cama. Por supuesto, como todo NIN, no apto si no te gusta algo de ruido, o mucho ruido, o ruido.
¿Se dieron cuenta que lo único que quería decir se concentra en los últimos tres párrafos? Disculpen ustedes, amables lectores, mi verbosa impertinencia...
P.D. Dicho en inglés, spread the word.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Una melodía naif

Si por una parte el cover de Arcade Fire a 'This must be the place' de los Talking Heads desmerece un tanto (la original es brutalmente buena y uno nada de alegría cuando la oye, me digan lo que me digan y jodetas o malhumorados como puedan estar los que la oigan: a ver, paren oreja y diganme si siguen de malas al final), el arreglo que hacen, con su particular manera de abordar desde su propio estilo musical otra pieza, es glorioso.
Entre que una de las pocas bandas recientes de las que puedo descargar absolutamente todo lo que me encuentre, sin recelo ni buscando un sencillo radiable, y entre que una rola de ésas matadoras, pues no hay mucho más que pedir.
De veritas, de veritas, de las cosas que puedo escuchar y escuchar y escuchar y escuchar y no me canso.

lunes, 3 de marzo de 2008

Ese loco arte contemporáneo...

Hecha esa entrevista para mi revistita de arte que tanto presumo (perdonarán ustedes si se muestra precaria la página, pero con tantos menesteres en fila no he tenido el debido tiempo para trabajar como manda la gente en ella, además de que no sé usar el Dreamweaver, aunque me digan que es refácil de usar), me tengo que permitir un corolario quizá penoso de la experiencia.
Anton Vidokle es un personaje especialmente interesante: en tanto el gobierno de Chipre le prohibió llevar a cabo su presentación en el Manifesta 6 (que no me pregunten qué es, porque -evidentemente- no tengo la menor idea y no sabría responder nada; pero no se preocupen, que el Google sirve rebién para subsanar mi ignorancia y la de cualquiera, o casi) y agarradito de la mano lo echaron del país, el tío se puso necio y dijo: "Ah, cómo corchos no termino lo que empecé". Así que, con ese empecinamiento, echó a andar el unitednationsplaza -en un edificio atrás de un centro comercial-, que fue algo a medio camino entre una universidad abierta y una exposición que duró un año. De camino, juntó a cuates y parte de la banda más pesada del arte contemporáneo, sea lo que eso sea.
Luego le hablaron del New Museum en Nueva York, y según yo ahí valió madre todo: un proyecto sin línea temática y cuyo único fundamento o punto de encuentro era la estructura (nadie o pocos hablan de la misma cosa, no digamos que a veces uno solo habla de un montón de cosas), tuvo que resumirse en un programa de un mes e instalarse en un entorno institucional, respetar montones de reglas, con guardias de seguridad en la puerta de entrada y restrictivos boletitos de acceso para las actividades de una universidad abierta (¿así o más contradictorio?).
Y ahora repiten, o adaptan, la historia: el Patronato de Arte Contemporáneo se esmera, le invierte billetes y se trae al Vidokle y banda para hacer unitednationsplaza DF. El programa, otra vez, se estructura a manera de universidad abierta, con conferencias diarias abiertas al público y algunas otras actividades para un selecto grupo de veinte escogidos de entre la crema y nata del arte contemporáneo: curadores, artistas, galeristas, teóricos, filósofos (???) que nadie conoce, el PAC entre ellos.
¿Y cuál es la extraordinaria relevancia de esto? Por una parte, la miriada de medios que se congregó en el exclusivísimo y súper chic hotel Condesa DF el viernes para la susodicha entrevista se compuso de a) Canal 22, b) el H. cuerpo editorial de RIM Arte Visual Contemporáneo (o sea, el director editorial y yo) y c) absolutamente nadie más. Cuando la directora del PAC nos llamó para decirnos que TENÍAMOS que ir, fue halagador; visto bajo una luz crítica, quizá Canal 22 no les había confirmado la cobertura de la entrevista y mejor tener aunque sea a los de RIM en la reunión con prensa. Pero eso es especulación paranoica mía y no otra cosa.
Siendo franco, la entrevista estuvo redivertida y ciertamente el Vidokle y Liam Gillick (uno de los pesados de la banda pesada que se presenta en el programa) tienen unas ideas bien interesantes sobre arte y cómo entender un proyecto de lo que sea y cultura. Lo extraño es que, al día siguiente, cuando hicimos acto de presencia en la conferencia inaugural, no estuvo tan padre: Gillick nos dejó a absolutamente todos con cara de "qué corchos quiso decir este cabrón" y hubo un punto en que la cerveza (caliente) era más importante que la ponencia misma: "Si alguien tiene preguntas, pues lo platicamos afuera con una cerveza en la mano" (palabras textuales del Sr. Gillick).
El arte, en cualquier caso, quedó muy escondido detrás de sus recuerdos de infancia, el miedo que le provocaba el campamento militar gringo a unos pasos de su casa, las tensiones de la Guerra Fría y una fábrica de Volvo en Suecia. Será probablemente que yo soy un ignorante de primera categoría y no entiendo de estas cosas tan elevadas o estoy chapado a la antigua (tan antiguo como la vanguardia norteamericana de los sesenta y no más lejos de eso) y prefiero el arte que hace algo o produce algo en el espectador o quizá simplemente no puedo comprender un corcho porque me dedico a la escritura y mi paradigma es estrictamente literario. O será, quizá (no demos nada por sentado), que Liam no dijo un carajo sobre arte contemporáneo en la hora y poquito que duró su ponencia.
En fin, si a alguien le interesa esto (???), pueden consultar el programa de unitednationsplaza en la página del PAC. Qué beneficio les reporte, dependerá de la loca ponencia que presente el artista en turno y cómo quieran recibirla; yo, por mi parte, debido al sacrosanto deporte de joder, quizá me vean por allá, nomás de metiche.