viernes, 30 de octubre de 2009

Razones para no casarse con un/a corrector/a

• Es obsesivo/a-compulsivo/a y necio/a hasta el hartazgo (el tuyo).
• Quiere trabajar en todas las editoriales del país porque sólo así se publicarían libros, revistas, periódicos y sitios de internet escritos en correcto español.
• Es tu único contacto en MSN que usa mayúsculas y acentos, jamás usa contracciones, no sabe qué es un emoticon e invariablemente te corrige cuando escribes algo mal.
• Si por casualidad dices algo mal, supongamos “mas sin embargo”, inmediatamente levanta la ceja y te mira con algo muy parecido al desprecio.
• Si le dejas una notita de amor pegada en el refrigerador, te la vas a encontrar con garabatos rojos cuando regreses, y encima se va a burlar de ti: “Gracias hamor [sic], eres un/a lindo/a.”
• Dos terceras partes del día las pasa de mal humor y gruñendo porque un autor no sabe usar acentos diacríticos; una fracción la gruñe durante el sueño.
• Le tiene más fe al diccionario de la Real Academia Española que a ti.
• Sabe que existen el Diccionario Panhispánico de Dudas, el Corpus de Referencia del Español Actual y el Corpus Diacrónico del Español, pero no sabe cuándo es tu cumpleaños.
• Aun cuando encontraras un error de ortografía en un texto suyo —como a cualquiera puede sucederle—, encontrará la manera de justificarlo según alguna etimología perdida.
• Posiblemente padece esquizofrenia o sencillamente no tiene gusto literario, pues lo mismo lee panfletos publicitarios que reportes técnicos y artículos científicos.
• Si por casualidad te deja a ti una notita de amor en el refrigerador, en el bote de la basura vas a encontrar —al menos— tres borradores que dicen casi lo mismo.
• Es el/la único/a idiota en la Tierra que sigue usando la diagonal y el sufijo de género, siendo que hay maneras más sencillas de hacerlo, ¿verdad, chic@s?
• Sabe qué es un sufijo y un objeto circunstancial de lugar, pero jamás sabrá explicarte para qué sirven.
• Es más arrogante que necio/a (y ésas son palabras mayores).
• Cuando te manda mensajitos por el celular, a veces necesita tres porque insiste (decíamos que son necios/as) en escribir TODAS las palabras con TODAS sus letras.
• El día en que decida divorciarse de ti (si no lo has hecho tú primero), vas a encontrar una muy extensa carta en la mesa de la cocina, con tal cantidad de rayones y garabatos que no te será claro si te está pidiendo el divorcio o si prefiere que compres otra marca de cereal.
• Enviarte un simple correo le toma un tiempo absurdo: si no lo lee por lo menos tres veces (una lectura de originales, otra de primeras pruebas y la de pruebas finas), no está satisfecho.
• Vive en un estado de paranoia sostenida e invariablemente piensa que se le pasaron varios errores en los textos que entrega.
• Todos, absolutamente todos los libros y revistas de la casa van a tener rayones.
• Antes de haber ordenado siquiera en el restaurante al que te llevó a cenar, la carta habrá sido víctima suya.
• No hay aplicación de Facebook a la que no le ponga reparo o artículo de Wikipedia que no anote en su lista de pendientes.
• Su mejor piropo: "eres más lindo/a que el deleátur."

miércoles, 28 de octubre de 2009

El gran presidente Marbas

Por de orƒebre labrado el vaso de mercurio, bajo la voluntad de vuesa merçed queda la mía y el más mío rugido acallado y mullido, para a la mi voz dare el paso que non toma sino al aire del e∫te. Por dona pagada ha, en vue∫tra mano senté el dolor: qve non quedara dúbida del ca∫tigo correspondido, qve los dolores le hiçieran fincarse de hinojos, qve membrara los todos días a venir.
Agora la dona será ida, y poderá tomar la gubia y la sierra: nueva y otra membranza, la del cantado en copla, la qve mis artes harán vue∫tra. En partiendo, fuyo con el viento qve sopla del œste.

martes, 27 de octubre de 2009

Un (otro) connato

Hace siete años, alguien que poseía mi amor me dijo que padecía leucemia. Le miré con desconcierto y algún cinismo. No le creía, no podía, pues nunca mi estado físico ha sido preocupación seria ni motivo de desasosiego. Error mío, sin duda: mi modus vivendi de los últimos dos años ha de costarme en un futuro no muy lejano.
Me dijo que debía tener confianza, y fe; fue la última vez que le pedí algo a dios: una semana después mi leucemia había sanado, pero aparecía un cuadro de lupus. Se hundió el primer clavo que resquebrajara el edificio de mi amor, y desde entonces me debato entre una suerte de conmiseración aberrante y el desprecio, bajo la ubicua certeza de que no puedo odiarle.
Alta traición. Terrorismo en forma clara. Visto en perspectiva, mi escepticismo y la objetividad con que intento mirar las cosas se deben a ese solo episodio: el mundo new age perdió un adepto [sic] en tan solo dos frases. Yo, sin embargo, no perdí nada, sino que trasladé el amor y la fe a donde encontraran mejor puerto. Visité a un oncólogo con la sola razón de que me diera un diagnóstico clínico, sin especulaciones, sin suposiciones subjetivas, sin magia como medio de análisis, sin importarme siquiera el diagnóstico per sé.
Este sábado noté que Timoteo está espantosamente delgado: al gato pachón que me asfixiaba si se sentaba en mi pecho, ahora se le ven los huesos sin mirar con demasiada atención. La veterinaria me advirtió que bien podía ser leucemia, y sentí que la sangre se me escurría hasta el suelo. Después de los análisis, el diagnóstico es negativo, pero existe una alta posibilidad de que padezca asma.
Bien: dejo de creer en un sistema arbitrario donde el consenso es tácito, rara vez uniforme, y las suposiciones son el motor y motivo de sustento, para creer ahora en un sistema ordenado, con el mismo consenso, las mismas suposiciones, los mismos motivos. La religión (y sus variantes) y la ciencia tienen pocas diferencias en lo profundo.

"Papá, ¿por qué me rasuraron la garganta y me picaron con la aguja?"

jueves, 22 de octubre de 2009

In vitro

Scientists and artists start by asking similar questions about the natural world. They just end up with completely different answers.
Luke Jerram
Esto de andar a caballo entre el trabajo y la disciplina agobia. Las epifanías siempre llegan sin preguntar y sin aviso, pero aclaran; esta vez: no es una pérdida de tiempo esta oficina y sus autores, sino un universo recalcitrante que todavía no sé cómo manipular.

(Luke Jerram, Glass Micriobiology. Seed Magazine)

Y uno que no tiene naaada que hacer

Esta vez no fue corazonada: la Gaceta del día de hoy anuncia en la página 12 las propuestas de esta edición de Poesía en Voz Alta. A puntito de rabiar, si consideramos que debo montar una mudanza en estas fechas y el tiempo es un bien cada vez más escaso; por otro lado, me llama la atención que hay quienes repiten este año, como los dos anteriores. Cierto, la producción poética de calidad es difícil de encontrar en este país, pero no me queda la menor duda de que en algún lugar debe haber propuestas interesantes.
Para no variar, le tengo el ojo puesto a más de la mitad de las actividades; la cosa es disponer de ese escaso bien y la energía para asistir a todas.

martes, 20 de octubre de 2009

A quien honor merece

Rentar un departamento, al menos en esta ciudad, es situación delicada, pues implica confianza por parte de arrendadores, arrendatarios, y especialmente avales. Otrora viví con dos indeseables que estuvieron a nada de arruinar mi relación con la familia de mi mejor amigo: se tomaron la elegancia de dejar de pagar la renta de un departamento, y las acciones legales que derivaron por poco le cuestan el patrimonio a una familia. Otro de los muchos motivos que tengo para despreciarlos.
Hoy le pedí al Dr. Rafael Villalobos Pietrini, fundador de nosécuántos centros de investigación en este país, de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Veracruz, autor de una miríada de artículos académicos y libros de texto, editor en jefe de la Revista Internacional de Contaminación Ambiental y, por tanto, su figura de mayor autoridad, y por encima de todo eso, la persona a quien más respeto en este centro de investigación, que fungiera como mi aval en el departamento que estoy próximo a tomar.
Sin chistar ni preguntar detalle, me ofreció su apoyo inmediatamente. Sentí un nudo en la garganta cuando respondió que lo haría de buen grado. Corre la historia que solía ser un hombre tanto o más amargo, hosco y obsesionado con su trabajo que yo, y que una cirugía a corazón abierto cambió radicalmente su manera de ser; en más de dos años, he visto exclusivamente a un cándido y cortés caballero de setenta años.
Hay gente a la que se le habla de usted por respeto, no por atención a las normas de etiqueta o para con el título académico.

lunes, 19 de octubre de 2009

La tabla del cuatro

Buscando información para el próximo examen de admisión al Sistema Universitario Abierto de la Facultad de Filosofía y Letras; en la página donde se refieren las características del sistema –en cualquier carrera–, me encuentro esta gloria, que vale por dos:


Una vez cada cuanto me pregunto por qué los licencian. Hoy me pregunto qué clase de licenciados podemos esperar si los licenciantes se permiten este tipo de cosas.

viernes, 16 de octubre de 2009

El quórum

La Casa Refugio Citlaltépetl celebró la noche de ayer sus primeros diez años de existencia. Con carteles alusivos a sus huéspedes o casos de escritores exiliados en México, el patio se veía mucho más colorido y alegre que en otras ocasiones: a pesar de que es casi la base de operaciones de artistos e intelectuales que consumen cantidades apabullantes de vino y cerveza, la población padece de un amargo cuadro de solemnidad que me estremece.
Es de notar que pocos de los asistentes eran menores de 35 años.
– Como que falta música, ¿no? –me dijo alguno con quien conversaba.
– Mira al quórum, ¿qué les pondrías de música de fondo?
– Algo de cuerdas...
– ¿Tú qué pondrías? –me preguntó la chica que lo acompañaba.
– A Ligeti, pero seguramente me sacarían a los primeros tres compases.
Prestando un poco más de atención, vi a unos pasos al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas; reconocí a Jorge Volpi y Fabricio Mejía. Alguien me dijo que Eduardo Milán andaba por ahí. No me importó realmente, y no tengo motivos: la obra de todos ellos me es absolutamente desconocida y dudo que algún día mi curiosidad me arrastre a ella.
Sin embargo, ver a Juan Gelman sí me pareció relevante. Si por una parte su poesía es muy hermosa, su caso es ciertamente apropiado en el marco de las actividades de la Casa. Fue una sorpresa sin duda agradable.
Ya en el fuero de lo personal, después de una de esas semanas apabullantes, de verdad me hacían falta esas siete copas de vino. Casi al final de la noche, sentí alguna vergüenza: me descubrí a mí mismo hablando de política internacional y lingüística, con la copa sobre el libro y el canapé de ceviche en la mano. Es escalofriante sentirse intelectual de pronto.

jueves, 15 de octubre de 2009

miércoles, 14 de octubre de 2009

El duque Berith


Argenta en su dedo comanda. ¿Oro busca el amo? Aún de la sangre puedo darlo: no negro, mas blanco, amarillo o rojo. De Marte y Venus las argollas, de Mercurio el baño: este alazano y las legiones arrastrarían columnas si lo ordena. ¿Quisiera el amo un anillo de oro?
Es momento que descanse, de dignidades goce: pronto recobrará el nobiliario. Y cantará a la noche y la mañana. Y su voz clara reanimará. Y sus voces vendrán ocaso tras noche, pasada la sexta, la nona.

Enumeraciones

Mi primer trabajo fue a los dieciocho años como asistente de ventas de reputada tienda departamental (mejor nos ahorramos la publicidad gratuita: no valen la mención), en el área de "chavos." Seis meses sacando y escondiendo ropa en las bodegas, desayunando a escondidas en las bodegas, coqueteándole a las clientas, discutiendo con los otros vendedores porque ése era mi cliente y yo lo vi primero y vamos respetándonos de una vez o nos partimos la madre en el estacionamiento, atendiendo a señoritas y señoritos pudientes que platicaban en inglés entre ellos (creyendo que ni por pienso podría corregirles la gramática y la pronunciación).
Aprendí desde ese momento el valor del dinero, a pesar de que vivía en casa de madre y mis gastos se limitaban a cerveza, chucherías para ella, comida una vez cada cuanto, regalos para mis niños… Recuerdo que le dije a mi mejor amigo que la cerveza que uno mismo se paga es más sabrosa; justo era la primera que mi cartera costeaba.
En todos estos años, y muy particularmente los últimos en que he administrado mi tiempo hasta en cuatro trabajos simultáneos, nunca había tenido una carga como la de esta sola semana. Tres artículos para científicos locos, una revista de señoras tontas, un cuento (lo mejor de todo esto: harto tiempo que no escribía fuera de las entradas de este blog), construir un artículo a caballo entre la divulgación científica y la curiosidad gastronómica, varios artículos sobre ciencia aplicada en la cocina, sin mencionar los deberes (desatendidos) propios de la oficina. Y tampoco en todos estos años había sorteado tantas vicisitudes a ese respecto: siete horas de corrección desaparecidas en tanto quiénsabecómo no se guardó el archivo, fechas de entrega una sobre la otra, un archivo corrupto, segundas lecturas porque se te fueron todos estos errores y necesito que lo revises todo otra vez, bases de datos incompletas (muy a pesar del caché del Google), sistemas operativos que sencillamente no ayudan. Y no entremos en materia de mi vida cotidiana y la minúscula fracción que no depende ni se relaciona con el trabajo: sería pura malvada necedad repasar el rubro. Baste decir que ésta será otra mudanza, amarga como todas.
Hacía tiempo que no me dolían tantos los huesos, ni me sentía tan terriblemente desgastado, suficiente como para que sea difìcil articular palabra.

lunes, 12 de octubre de 2009

Casa de Letras

(vía la Copperfield del diseño)

A pesar de que esto podría formar parte de la furia perpetua, dejémoslo en divertimento de fusiles.

Acta de renuncia

I.
Hace nueve años, una cartomante me miró a los ojos con franca pesadumbre. Con esa piedad que quiere ser de madre y la voz cortada, me dijo entre balbuceos que muy probablemente sería figura pública, que algún día me vería a mí mismo sentado frente a una multitud dando un discurso. El costo de ello (Aquiles) sería quedar solo.
Como en ocasiones posteriores, respondí impasible.
Kate Bush no parece buena compañía a la luz de ese recuerdo.

II.
Hace casi dos años –falta algo menos de dos meses; exacerbada memoria al respecto–, uno de esos hombres a los que se respeta no sólo por ser figura de autoridad y experiencia sobradas, sino por la candidez de trato, fue la primera persona en acercarse y ponerme la mano en el hombro. "Sucede, lo sabemos todos. Lo que usted necesita ahora es trabajar, y no pensar. Le sentará bien."
A los veladores de este centro tengo por testigos.

II bis.
Pero un día el trabajo no es suficiente para mantener a flote, no hay distractor. Un día, a pesar de que la bandeja rebosa de pendientes para con quienes hay fechas de entrega de por medio, no hay manera de eludir una idea que no es propia.

III.
Considerando seria, poderosamente, hacer propia esa idea, hacer caso a ambos, asumir ambos, aceptar ambos impasible, fusilar nuevamente ilusiones (las de escenario): dejar de gastar la sangre.
Tomar decisiones intempestivas. Saldar viejas cuentas. Respirar lentamente. No decidir con las tripas ardiendo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El rey Balam


Bala el carnero mientras hablo. Muge el toro mientras hablo. Latiguea la cola entre mi lengua estampida de rabia caída gruñe la saliva y silba desprecio mientras hablo. Tus sentencias serán concedidas: la pluma escondida bajo tu pecho. Con ella escondes la piel; has de decir en veneno lo que quieres, y con certeza tendrás su aplomo. No esperes.
Ruge las zarpas el oso. Eres de su interés. Eras de su interés tiempo ha. No se dicen. Recuerda, no ha olvidado. Encaja las uñas en la pluma la piel escondida los ojos en la llama.

Meticheando en la Caza

Habiendo leído las biografías de los doce, puedo decir(me) a quiénes les falta mucho trabajo; y para ello no requiero invocar a demonio de ninguna clase: conmigo me basto. Tres me llaman la atención por su técnica, muy sobria (como me gusta la literatura, en su mayoría), y las experiencias que se despliegan por debajo de la lectura.
Sé de cierto que alguien se tomó la molestia de leer con cuidado las solicitudes y materiales entregados a la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México; sé de cierto que se hizo una selección que consideró el valor de esos materiales y discriminó (sentido etimológico, por favor) aquéllos que no sostenían un determinado nivel de calidad. Ello no quiere decir que todos mantengan la misma altura; y justo ahí es donde se encajan las agujas que revientan la roca, cosa que casi no me gusta hacer, claro está.
En otros menesteres, me salta algo considerablemente interesante: el primer texto que estos nuevos doce entregaron, aparte de la colección de cuentos, fue una autobiografía ficcional. Me llama la atención que una mayoría de esos personajes construidos tiene una relación con la escritura y la literatura, a saber: hablen en primera o tercera persona, los personajes son escritores y lectores por vocación, como remedio a su condición, por las circunstancias… De ello se colige que la mano que escribe escoge un camino "sencillo" (no hay tal cosa en literatura, todos lo sabemos) y narra mayoritariamente su propia experiencia. Se me puede contestar que nadie escribe desde otro lugar, pero lo cierto es que la imaginación y la experiencia puesta en perspectiva llevan al autor a construir otro tipo de historias, las más de las veces de mayor interés y fuerza.
Quiero creer que todos empezamos así, ceñidos a lo que hemos vivido y sufrido, y sin tamizar mucho se vierte en escrito. Pero también tengo la certeza de que eventualmente hay que imaginar más de lo que se recuerda, pues no hay relato de vivencia que recupere íntegramente lo sucedido o que no añada. Toda narración es siempre una ficción (aunque a algunos historiadores les queme que un literato diga tal).
Otra cosa me llama la atención: los dialectos del español pueden reconocerse por el banco lingüístico al que recurre el hablante/escribiente, de donde se deduce o supone su nacionalidad. En este caso, las alusiones a ciudades y paisajes son dispares: a veces es evidente dónde está el autor, otras no (recordemos que esta edición de la Caza es internacional: las dos anteriores todos jugábamos de local), a veces se tiene la impresión de que podría ser de varias nacionalidades. El lenguaje revela, de eso no hay duda. Pero eso es mera curiosidad lingüística: nada que de verdad tenga peso literario.
Ah, parece que esta edición la voy a disfrutar más que la anterior.

martes, 6 de octubre de 2009

The summoning


De oro y cobre, estaño, plata y mercurio, sellada la tapa en cobre y plata aliados, de plomo el último sello en lo alto, perfumado con alumbre y dátiles y cedro. Sellada la redonda vasija de bronce clareado, impuesto el sello de Salomón, dentro de este círculo espero a los dos y setenta que frente a mí aparezcan, dos y setenta potentados y sus legiones, que escuchen mi voluntad y respondan.
Por la sabiduría del Rey, que en la vasija los ha confinado, respondan con verdad y conocimiento, según cuanto alcanzan sus ojos.

lunes, 5 de octubre de 2009

La mañana siguiente

El mundo efectivamente se acabó: La Fura dels Baus, como siempre, hizo del espectáculo que ejecuta algo que rebasa los límites que permiten reconocerlo tal. Dicho en palabras más claras (disculparán: la cabeza sigue obnubilada), el teatro deja de serlo para convertirse en otra cosa: un experimento social, un comentario a las instituciones y el sistema del poder y los medios de comunicación institucionales y la opresión, una reflexión en torno a las pulsiones que nos obligan (eso ya no era un motivo) a llevar nuestros actos a sus últimas consecuencias, una conversación entre un texto dramático que se revela a sí mismo en su discurso representacional y una acción que materializa las ideas sobre las que se construye ese texto. Las resonancias, por supuesto calculadas, llegaban a ser descorazonadoras: hasta donde parece evidente, el género humano no ha cambiado sus modos y formas, probablemente jamás lo haya hecho. La conciencia exacerbada conduce, casi irremisiblemente, al cinismo; y entonces todos podemos gritar a voz en cuello "nuestra generación tiene derecho a hacer historia", como lo intentaron todas las que nos antecedieron y las que vendrán. Oh, terrible condición humana...
Un grupo armado toma un teatro por asalto, exigiendo respeto, atención y concesión de demandas: un ejercicio político con ametralladoras, cinturones de C4 y doce bombas repartidas entre los asientos. Terroristas, pues, como se les define por extensión; ¿o en el concenso se admite llamarlos 'libertadores' o 'defensores de la patria'? La Fura no logró que sintiera terror, pero tampoco era ése el cometido. Boris Godunov es un ejercicio de reclusión y frustración, donde sentirse sofocado es terriblemente fácil. Como siempre, salí de ahí con una necesidad de vino, los hombros tensos, temblando y ansioso, después de mecerme en el asiento y mirar con subordinación al encapuchado que caminaba por el pasillo, la ametralladora en la mano.
Me apena, sin embargo, admitir que llegué tarde a la parte inaugural de tan magno evento, pero no a su desarrollo medular. Sin duda, ciertos eventos deben suceder en compañía, especialmente cuando uno acompaña –a manera de la guarnición en el plato– a quien merece la atención.
La mañana de hoy se ha ido, o quizá sólo me la guardo. Todos los días puede suceder otra mañana.

viernes, 2 de octubre de 2009

La llegada

Pero cómo tarda. Tres días de pronto son más de lo que mi acalambrada paciencia tolera.
Uno que ya no puede esperar a que se acabe el mundo.